We made reservations for lunch at this place during the mother's day weekend due to its location overlooking the ocean. The place is usually crowded, so it was even more so on that particular celebration weekend. Waiter was very friendly and accommodating, however the food was rather disappointing. We had a few tapas i.e. russian salad, sardinia and calamari rings which was rather mediocre. Ordered a mixed grill platter which took awhile to be prepared however arrived cold (didn't felt like it was freshly made). Worse part is that some parts of the chicken were uncooked, so we had to send it back to the kitchen for proper heating / grilling. We ordered 2 buckets of beers which apparently bottles would only be charged according to how many was drank. The price seemed rather reasonable, given that it's located in a strategic location however perhaps in future we'd try to come on a less peak hour to have a more fulfilling dining experience. And oh, they were also distributing a small pot of plant to mothers in conjunction of the day which we felt was a very thoughtful gesture. Thumbs up to...
Read moreVolver a Bonobo Playa ha sido, sin duda, un viaje emocional. Hacía 12 años que no venía a La Manga, y reencontrarme con este local —que ya en mi infancia tenía un encanto especial— ha sido una auténtica delicia. Bonobo no solo ha mantenido su esencia, sino que ha sabido evolucionar con inteligencia, sin perder la cercanía y el sabor a Mediterráneo que lo caracterizan.
Ahora cuentan con dos espacios bien diferenciados y muy bien pensados: el restaurante clásico, con esa ubicación privilegiada a pie de playa, y una zona dedicada a los cócteles, también frente al mar, equipada con hamacas donde relajarse al atardecer. Este equilibrio entre tradición y modernidad es uno de sus grandes aciertos.
Pero si algo convierte a Bonobo en una visita imprescindible es su propuesta gastronómica. Durante nuestra estancia de tres días en La Manga, fuimos nada menos que cuatro veces —y eso lo dice todo—. Hay platos que se han convertido casi en una necesidad para nosotros, como los chanquetes con ajetes tiernos, que pedimos en cada visita. Es un bocado delicioso, crujiente, lleno de sabor y con ese punto de sencillez que solo consiguen los platos bien ejecutados.
El calamar a la plancha fue otro acierto: producto fresco, perfectamente cocinado, con ese toque a brasa que lo eleva. La mariscada nos sorprendió gratamente tanto por su calidad como por la frescura del marisco. Otro plato que recomendamos sin dudar es el tartar de atún con helado de mango, una combinación arriesgada pero que funciona de maravilla, fresca y con un equilibrio perfecto entre lo dulce y lo salado.
La ostra fue una auténtica joya: fresca, con ese sabor limpio y profundo a mar. Las almejas también merecen una mención especial, sabrosas y bien preparadas. En cuanto al rodaballo, es un plato correcto, con buen punto de cocción y sabor delicado, aunque personalmente eliminaría la gyoza del plato, ya que no termina de aportar y rompe con la coherencia del producto principal. Una salsa más acorde al pescado podría potenciarlo aún más.
El caldero murciano, que probamos el último día, fue el broche perfecto: arroz con sabor intenso y ese pescado de acompañamiento que redondea el plato. Un guiño a la tradición local bien ejecutado.
En el apartado de postres, la experiencia también fue notable. Destacan especialmente la tarta de whisky, que evoca sabores clásicos con una textura deliciosa, y las dos versiones de tarta de queso: la clásica de Bonobo, más densa y tradicional, y la de lotus, más moderna y golosa. Esta última ganaría aún más si tuviera una textura más fluida, para contrastar mejor con la intensidad del sabor.
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En resumen, Bonobo Playa es uno de esos locales que saben conjugar perfectamente la nostalgia con la calidad actual. Su ubicación, su evolución estética y su apuesta por el buen producto lo convierten en un imprescindible de La Manga. Un lugar para volver una y otra vez, no solo por lo que ofrece, sino por...
Read moreI am convinced this region of Spain has the best food of any place I have ever visited. And this place is no exception. My wife and I visited in July and came here on a whim. Not knowing they are heavy on the reservation system in this area, we got one of the last reservations of the evening and waited. My wife wanted paella. We did not know until we went to order that they only do paella for lunch. The guy who was taking reservations saw that we were disappointed so he gave us a free dessert and 2 free cocktails at the bar. We ordered a salad and the fried seafood plate. It was all amazing. Very flavorful! The dessert was a pistachio cheesecake. Also very delicious. Great service and right next to the beach. The bar was cool too, very chill atmosphere. What more could...
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