Me he pensado mucho escribir esta reseña porque sé cuánto daño puede hacer una crítica negativa, pero después de ver las incorrecciones con las que se ha contestado la reseña de una persona con la que compartí mesa y experiencia, me siento en el deber moral de hacerlo. Fuimos un grupo grande de familias a las 20 horas, y había dos camareros fumando en la puerta, todo el bar abierto, encendido y terraza montada con aparente normalidad. Paramos en la puerta y me acerqué a preguntar a un camarero si podíamos sentarnos en la terraza. Con tono cortante y sin mirarme a la cara, el camarero español (el otro era italiano) me dijo "estamos cerrados hasta que se caliente la cocina". Entonces otro miembro del grupo preguntó "¿Y nos podríamos sentar e ir pidiendo unas bebidas mientras empieza a funcionar la cocina?". La respuesta en tono igualmente seco fue "todavía estamos cerrados". Con las mismas, los miembros del grupo empezamos a comentar allí mismo a qué otro lugar podíamos ir. Tras unos minutos de indecisión (porque no somos críos y veíamos que nos habían recibido con el pie torcido), una camarera latinoamericana nos invitó a sentarnos y nos pidió disculpas por el tono desagradable de su compañero. Disculpas aceptadas. Entonces preguntamos si podemos juntar algunas mesas, para que los niños estuvieran más o menos juntos, y los adultos también. Nos dicen que no, que las mesas no se pueden mover por las sombrillas (algunas no tienen sombrilla que las separe), aunque es de noche y no hace sol, obviamente. Nos dice que las mesas no se pueden mover, que la policía denuncia (???) Vemos nuevamente que mejor nos vamos, hasta que nos pregunta si vamos a cenar. Le decimos que sí, que queremos pedirles pizzas a los niños, y que los mayores también queremos compartir pizzas. Se marcha dentro a consultarlo y al salir, misteriosamente ya podemos sentarnos juntos y todo bien, aunque lógicamente no podemos decir que estuviéramos a gusto porque el ambiente ya estaba enrarecido. Entonces pedimos bebidas y 4 pizzas para los niños, mientras vamos pensando las de los adultos. Vienen las tapas de la ronda de bebidas y le decimos a la camarera que hay una niña que no puede tomar frutos secos. Otra vez mal rollo: "pues es que eso hay que decirlo antes porque ahora tenemos que tirar la tapa", nos dice. Contestamos amablemente que no pasa nada ni hay problema, no habíamos pensado que la tapa fuese a tener frutos secos, pero que esa tapa no se tiene que tirar, se queda y nos ofrecemos gustosamente a pagar una tapa extra sin frutos secos para la peque y así todos felices. Entonces llegan las pizzas de los niños, tostaditas en general y quemadas en los bordes. Nadie nos ofrece cambiarlas ni nosotros nos quejamos, que obviamente no estaba el horno para bollos. Únicamente les indicamos a los críos, que no se coman los bordes, que lo demás está tostado pero comestible. Luego llegan las 3 pizzas de los mayores, que estaban mucho mejor, tomamos otra ronda de bebidas, pagamos (algo más de 150€) y antes de las 22h o así ya habíamos marchado. Antes de irnos la camarera amable nos preguntó si todo había estado bien al final, dijimos que sí, correcto y nada más. No nos atendió la dueña, pero entiendo la confusión de mi compañera porque el primer camarero fue tan desagradable que pensamos que sería propietario. La camarera latina mejoró la experiencia. Menos el detalle de tirar la tapa y juntar mesas fue amable y eficiente. Mi reseña iba a tener una estrella más por ella, que lo hizo bien, hasta que he leído la injusta contestación a la reseña de Rachel. Tengo que decir que he tapeado allí un par de veces antes y la experiencia ha sido (atendido por la dueña) más normal y correcta, y por eso fuimos allí. El camarero que nos atendió fatal ha contado lo que a él le conviene contar, que no es lo mismo que pasó. Debería contar también que salía a la puerta cada 10 minutos, pero a fumar, dando sensación de pasotismo y poca higiene. Me gustaría decir que repetiría a ver si mejora la experiencia , pero cuando se recibe una atención tan desagradable no...
Read moreRestaurante de cocina italiana muy acogedor que aparte del trato cercano y el ambiente familiar destaca por la calidad de sus platos. Pastas y pizzas frescas y caseras, buenas ensaladas, buen surtido de quesos, etc. Helado italiano de primerísima categoría.. Cervezas y vinos de toda clase, especial mención merece la cerveza checa de barril. Relación precio-calidad imbatible. Por detrás de la Casa de la Cultura en el barrio de Monachil.
Dic. '23 : ha pasado un año.. nos siguen sorprendiendo en este escondido restaurante. Estupenda cocina, tapas generosas, diferentes de las de siempre: empanadas de varias clases, platitos de pasta, pollo picado con miel, etc... las pizzas y ensaladas inmejorables. Ambiente agradable, servicio profesional y muy amable. Los dueños son primores, camareros apañaos. Un acierto.
Je moet even zoeken maar deze gelegenheid is absoluut de moeite van een eventuele omweg waard. Achter het Casa de la Cultura in Monachil bevindt zich sinds een paar maanden dit prettige Italiaanse familie-restaurant met een uitstekende keuken. De kaart is op basis van voornamelijk pastas en pizza's maar biedt ook salades, kaasassortiment, etc. Huisgemaakt ijs van uitzonderlijke kwaliteit. Geweldig bier van de tap. Onklopbare prijs-kwaliteit verhouding. Een aanrader.
Een jaar verder..december '23. Blijft een prima plek.. tapas zijn top, pizzas en salades boven gemiddeld. Bediening is vlot, maar prettig en ongedwongen. Ietsjes duurder geworden, maar waar niet ? Maak...
Read moreThe food was delicious. Being used to Italian-American cuisine, this was so refreshing. It's not too rich and not too salty. The pasta was toothsome and not soggy. We ordered the salad "for all days", pasta with pesto (casarecce) and meat lasagna. Everything was great. The portions are huge though, so be...
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