El Puente Colgante es majestuoso
Su estructura metálica consiste en un tablero suspendido de 32 cables, cada uno de ellos compuesto de 169 alambres de acero dispuestos en capas concéntricas, arrolladas alternativamente a la derecha e izquierda con ángulo de calaje. Los cables se anclan en dos macizos de hormigón que al mismo tiempo sirven de estribos al puente y de apoyo a la viga de rigidez.
El tablero es indeformable por la presencia de dos vigas continuas de rigidez solidarias con los cables que salvan la luz total de 270 m en tres tramos, uno central de 150 m, y dos laterales de 60 m, cada uno. Las vigas están separadas axialmente de 8.80 metros, cada una en correspondencia con un grupo de 16 cables, colocados en el mismo plano vertical. Esta distribución deja libre una calzada de seis metros y dos veredas de un metro cada una. Las vigas son de alturas constantes de 2.50 m, salvo en los pilares donde tienen 2.75 m.
Los cables se asientan sobre la cabeza de los pórticos metálicos, de 25.70 m de altura, articulados inferiormente en forma de eliminar los esfuerzos secundarios.
Todo el peso permanente se transmite a los cables por medio de péndolas espaciadas de 5 m, provistas de dispositivos que permiten alargarlas y acortarlas.
Terminando el puente, los cables toman la forma de un funicular, envolvente de una parábola, que el tramo central tiene una flecha de 16.16 m y en los laterales 2.65 m.
La provisión de material metálico y armamento de obra estuvo a cargo de la compañía francesa "Chantier et Atelier, de la Gironde". La estructura metálica fue construida en las Usinas de la Compañía en Francia, fue fabricada en secciones del mayor tamaño posible, compatibles con las exigencias de embarque y transporte. Todo el material se cargó en Cherburgo, a bordo de los barcos nacionales "Pampa" y "Bahía Blanca", siendo desembarcados en el Puerto de Quequén y llevados hasta la obra por esas embarcaciones, remolcadas 5 kilómetros río arriba.
Inicialmente poseía una calzada de seis metros y dos veredas de un metro cada una que tras una restauración fue modificada. Se quitaron las veredas y se montaron pasarelas metálicas sobre sus...
Read moreEL PUENTE COLGANTE.
El puente suspendido rígido sobre el Río Quequén Grande, ubicado frente a la ciudad de Necochea, es la realización de una obra reclamada desde hace mucho tiempo por la creciente necesidad de comunicación entre las poblaciones de ambas márgenes, cuyas transacciones se limitaban a los servicios de balsas.
El proyecto fue encomendado al ingeniero P. Palazzo, jefe de Estudios y Proyectos de la Dirección de Puentes y caminos de la Provincia de Buenos Aires.
El proyecto contemplaba la construcción de un gigante de acero de 270 metros de longitud, con una luz de 150 metros y dos laterales de 60 metros cada uno.
Su estructura metálica se basa en un tablero suspendido por 32 cables de acero, los que se asientan sobre la cabeza de los pórticos metálicos de 25,70 metros de altura y se anclan en dos macizos de hormigón que al mismo tiempo sirven de estribos al puente y de apoyo a la viga de rigidez.
Las obras de construcción estuvieron a cargo de la empresa Hayss y Freytag S.A, en tanto que la provisión de la estructura metálica fue realizado por la compañía francesa Chantiers et Ateliers de la Gironde, que también realizó el mismo año un puente similar sobre la laguna Setubal, en Santa Fé, y que se cayó en 1983 por la inundación de ese año y la falta de mantenimiento.
El puente quedó librado al tránsito en el mes de noviembre de 1928, siendo el 21 de julio la inauguración oficial de las obras, para la alegría de 6.000 personas asistentes al acto.
No muchos conocen, o recuerdan, el nombre oficial: Puente...
Read moreCruzar el puente colgante que une Necochea con Quequén fue una experiencia hermosa, de esas que combinan historia, vistas y un toque de aventura. Apenas lo ves, impone: esa estructura de hierro rojo con su estilo antiguo tiene algo hipnótico, sobre todo al atardecer cuando el sol cae sobre el río Quequén. Al caminarlo se siente el movimiento leve bajo los pies y el viento del mar mezclado con el olor a río, una mezcla que te hace frenar un segundo y simplemente mirar alrededor.
El entorno está muy cuidado, con bancos y senderos que invitan a quedarse un rato a disfrutar del paisaje o sacar fotos. Es un paseo tranquilo y seguro, ideal para ir en pareja, con amigos o incluso con mate en mano para disfrutar la vista desde ambos márgenes. El personal municipal que suele estar cerca, entre mantenimiento y turismo, es amable y siempre dispuesto a contar algo del puente o recomendar lugares cercanos.
Tips: vayan al atardecer o bien temprano en la mañana, los colores del cielo son increíbles. Lleven abrigo si sopla viento y cámara lista porque desde el medio del puente las vistas del río y la ciudad son...
Read more