Hay una casa con más de 400 años El museo fue creado por la "Fundación Museo Taminango Monasco Dachis" por iniciativa e impulso y liderazgo del médico Pablo Morillo Cajiao quien por esta labor en el 2010 recibió el premio nacional Vida y Obra del Ministerio de Cultura de Colombia.[1]
La fundación restauró una antigua edificación y allí el museo fue inaugurado el 14 de julio de 1989 con el objetivo, entre otros, de rescatar las artesanías cuyos procesos estén en peligro de desaparecer, lo que incluye el establecer un jardín botánico en sus terrenos adyacentes, para estudiar y cultivar las plantas necesarias para elaborar los productos.[2]
Durante los primeros dos años el museo funcionó bajo la tutela del Museo de artes y tradiciones populares de Colombia y luego pasó a ser administrado directamente por la Fundación Museo Taminango Monasco Dachis, llamada así en honor del ciudadano ruso con cuya donación se pudo adquirir la edificación en que funciona la institución.[3]
La edificacióneditar
El museo funciona en un complejo arquitectónico compuesto principalmente por una casona construida con materiales típicos de la época de la colonia, es decir muros de tapia apisonada y empañetados preparados con estiércol de res, paja picada y arcilla amasada por bueyes. La edificación según los historiadores data de 1632, cuando el capitán español Juan Adarme solicita un terreno para construir un tejar o fábrica de tejas, en sustitución de una propiedad que adujo tuvo que abandonar a orillas del río Patía en la región de Taminango ( al norte del actual departamento de Nariño) por las hostilidades de los aborígenes, lo cual explica el nombre del predio y de la casona desde entonces. Concedido el dominio del terreno por el Cabildo de la ciudad, el capitán Adarme construye la fábrica de teja. Posteriormente, durante las guerras de la independencia de Colombia, el sitio pasó a ser posada y burdel. En años y décadas posteriores el lugar es propiedad de varios dueños y convertido en inquilinato. En 1968 , conscientes de su valor histórico y cultural la Fundación Museo Taminango Monasco Dachis aunó esfuerzos para adquirir la propiedad, restaurarla y fundar el museo el 14 de julio de 1989.[3]
En la restauración de la casa, procurando conservar la mayor autenticidad posible, se respetó las técnicas antiguas de su construcción original y es así como en vez de clavos se utilizaron amarres de cuero.[2]
Por su valor histórico y arquitectónico la casona fue declarada Monumento Nacional mediante el Decreto n.º 2000...
Read moreEl museo fue creado por la "Fundación Museo Taminango Monasco Dachis" por iniciativa e impulso y liderazgo del médico Pablo Morillo Cajiao quien por esta labor en el 2010 recibió el premio nacional Vida y Obra del Ministerio de Cultura de Colombia.[1]
La fundación restauró una antigua edificación y allí el museo fue inaugurado el 14 de julio de 1.989 con el objetivo, entre otros, de rescatar las artesanías cuyos procesos estén en peligro de desaparecer, lo que incluye el establecer un jardín botánico en sus terrenos adyacentes, para estudiar y cultivar las plantas necesarias para elaborar los productos.[2]
Durante los primeros dos años el museo funcionó bajo la tutela del Museo de artes y tradiciones populares de Colombia y luego pasó a ser administrado directamente por la Fundación Museo Taminango Monasco Dachis, llamada así en honor del ciudadano ruso con cuya donación se pudo adquirir la edificación en que funciona la institución.[3]
La edificaciónEditar
El museo funciona en un complejo arquitectónico compuesto principalmente por una casona construida con materiales típicos de la época de la colonia, es decir muros de tapia apisonada y empañetados preparados con estiércol de res, paja picada y arcilla amasada por bueyes. La edificación según los historiadores data de 1632, cuando el capitán español Juan Adarme solicita un terreno para construir un tejar o fábrica de tejas, en sustitución de una propiedad que adujo tuvo que abandonar a orillas del rio Patía en la región de Taminango ( al norte del actual departamento de Nariño) por las hostilidades de los aborígenes, lo cual explica el nombre del predio y de la casona desde entonces. Concedido el dominio del terreno por el Cabildo de la ciudad, el capitán Adarme construye la fábrica de teja. Posteriormente, durante las guerras de la independencia de Colombia, el sitio pasó a ser posada y burdel. En años y décadas posteriores el lugar es propiedad de varios dueños y convertido en inquilinato. En 1968 , conscientes de su valor histórico y cultural la Fundación Museo Taminango Monasco Dachis aunó esfuerzos para adquirir la propiedad, restaurarla y fundar el museo el 14 de julio de 1.989.[3]
En la restauración de la casa, procurando conservar la mayor autenticidad posible, se respetó las técnicas antiguas de su construcción original y es así como en vez de clavos se utilizaron amarres de cuero.[2]
Por su valor histórico y arquitectónico la casona fue declarada Monumento Nacional mediante el Decreto No....
Read moreEl Museo Taminango de Artes y Tradiciones de Nariño es un tesoro cultural en la ciudad de Pasto, una joya que nos conecta con la rica historia y tradiciones de esta región. Este monumento nacional, declarado como tal en 1971, es mucho más que un museo; es un guardián de la identidad nariñense.
Desde su apertura en 1989, el museo se ha dedicado apasionadamente a preservar, exhibir y difundir las costumbres y la artesanía de Nariño. Su enfoque en la proyección social lo convierte en un espacio único donde los visitantes pueden aprender y disfrutar al mismo tiempo. La entrada a este valioso museo es asequible, solo 5000 pesos por persona, y la experiencia es enriquecedora.
Una de las partes más interesantes del museo es su dedicación a los artesanos de Nariño. Aquí, los visitantes pueden maravillarse con una amplia variedad de objetos artesanales, desde cerámica y tejidos hasta joyería y muebles, todos ejemplos del talento y la creatividad de los artesanos locales.
El molino hidráulico en exhibición es una ventana al pasado agrícola de Nariño, una oportunidad para comprender cómo se molían los granos y cereales en la región. Además, el huerto de plantas medicinales ofrece una visión única de la medicina tradicional nariñense y las hierbas utilizadas para tratar diversas dolencias.
El museo no solo es un lugar de aprendizaje, sino también un espacio para eventos culturales y educativos. Su arquitectura colonial, con un aljibe de agua y un horno para asar pan, agrega un encanto adicional.
En resumen, el Museo Taminango de Artes y Tradiciones de Nariño es un destino imprescindible para quienes deseen sumergirse en la cultura y la historia de Nariño. Su valor como custodio de la herencia cultural y artística de la región no tiene precio, y su belleza arquitectónica lo convierte en un lugar que no debes dejar de...
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