Imagine un espacio en donde coexistan todo tipo de objetos: objetos inútiles u objetos de alto valor sentimental para sus antiguos dueños, que les fueron necesarios y hasta imprescindibles. Imagine viviendo juntas decimonónicas máquinas de escribir y de coser, primitivos televisores, antiguas espadas, viejos rifles, desechados recipientes de cocina, místicos huesos de animales, irreparables raquetas, curiosas esculturas sin terminar, chapas de autos, desgastados neumáticos, descordadas guitarras, pequeñitas partes de aviones, antiquísimas cámaras de fotografía, antiguos billetes, caretas de ventiladores, zapatillas de bailarina y muchos teléfonos sin tono. Vislumbre además sugerentes carteles nacidos de decenas de planchas metálicas que ocultan su óxido bajo alguna ligera capa de pintura y sobre ellas graciosos y reflexivos refranes, destacando entre los más leídos: “No solo del pan vive el hombre pero mi pan es mi pan”, o “El vino que más alegra, ¡vino la luz!”, o “La crítica al igual que el bisturí hieren para salvar”. Adicione a este momento de imaginación cientos de espejuelos rotos y otros tantos conformados de las formas menos pensadas pero que forman parte de cientos de rostros nacidos de los más disímiles materiales. Aunque…, mejor no lo imagine, vívalo. Es real. Así luce el mundo de Gallo ante una rápida mirada que solo busca describir y dista de entender… Conforman este mundo “El Jardín y la Galería de los Afectos”, destacando sobre todas las piezas de arte (pues es arte lo que hay ahí), su creador, Héctor Pascual Gallo Portieles, quien se autodefine más como una pieza de su mundo que como su propio autor. La vida de Héctor Gallo está llena de acontecimiento y pasajes que resultan muy atractivos para quien dedique unas horas a conocerla. Su obra artística igualmente resulta de gran valor al constituir uno de los mayores creadores de Arte Bruto en Cuba y por haber creado en Alamar, a las afueras de la capital su Museo de los Afectos, una importante muestra de arte y de lo que es capaz de hacer el ser humano ante situaciones específicas. Sobre la vida y obra de Gallo se ha documentado información anteriormente, a través de reportajes, noticias, crónicas y audiovisuales, sin embargo, resulta insuficiente la divulgación de la obra tan peculiar que ha creado este artista, que a sus 92 años no para de trabajar y vivir por el arte. En medio de tanto arte catalogado, la creación de Gallo pareciera estar fuera de lugar. Pero eso a Gallo no le interesa. Él no conoce la obra de Marcel Duchamp, ni ha estudiado a Piero di Cosimo, Joán Miró o Robertto Matta. No sabe de cubismo, dadaísmo, rococó, surrealismo o renasentismo. Gallo lo que sí tiene es una extrema sensibilidad que le ha dotado de la capacidad de revivir lo que nunca antes tuvo vida. Al hablar sobre Gallo y su arte, no puede hacerse de forma separada, porque en este caso el autor y su obra actúan como cuerpo y alma, son inseparables y no debe tratarse a uno sin el otro. Gallo es un ser sorprendente, extraño, interesante y único (dicen las personas que lo conocen). Su estampa es impactante, imborrable de la memoria y todo el que lo ve quiere saber cómo se llega a eso, cómo se pasa de tener una vida normal a poseer un inmenso jardín plantado de hierros y pedazos de diversos objetos inservibles pero que dan vida y vuelve popular a uno de los tantos edificios de Alamar. Este artista parece estar loco y cuando algún atrevido le lanza tal pregunta él le responde que hasta el cuerdo en su locura ama, y él ama tanto que tal vez sí esté loco. Y al inconforme, le recalca que en este mundo desordenado y loco, estar cuerdo, es una locura. Gallo es inconfundible, con su barba totalmente blanca, sus muchos collares y sus tantos pulsos como miembros tiene su familia. El Jardín y la Galería de los Afectos conforman el Museo de los Afectos. Gallo explica que hubiera preferido “Amor” en lugar de “Afecto”, pero notaba cierto vacío a la hora de emplear esa palabra popularmente y prefirió entonces una palabra igual de generosa y abarcadora pero tal vez...
Read moreAmazing experience. We suggested adding this on to a tour we did and it was a highlight. I’m glad we went with someone who spoke Spanish as they arranged for us to go inside and meet Gallo himself, which was sweet. We had not arranged anything ahead of time but they let us into the grounds and then invited us into...
Read moreI think there are few places where you can enjoy to see how an artist of 90 years old being so vital thanks to his work an artist. His art reveal a joyfull soul. I loved to visit...
Read more