GUMARKAAJ, LA ANTIGUA CAPITAL DEL REINO KICHE
Qꞌumarkaj, Kumarcaaj, Cumarcaj, Gumarkaaj o Gumarcaj, es un sitio arqueológico en el suroeste del departamento de El Quiché.. Se conoce también como Utatlán (del náhuatl: Otlatlan ‘Lugar del bambú’), la traducción en náhuatl del nombre de la ciudad.
Qꞌumarkaj fue fundado por el rey Qꞌuqꞌumatz alrededor del 1400. El sitio fue elegido por sus características defensivas.Gobernando desde Pismachi' y más tarde desde Qꞌumarkaj, Qꞌuqꞌumatz logró una ampliación importante del reino kꞌicheꞌ, apoyándose en una estrecha alianza con los kaqchikeles.Qꞌuqꞌumatz envió a su hija en casamiento al señor de los k'oja, un pueblo maya asentado en la Sierra de los Cuchumatanes entre Sacapulas y Huehuetenango. Sin embargo, en vez de casarse como signo de sumisión a los kꞌicheꞌ, el rey k'oja, Tekum Sik'om, mató a la novia ofrecida. Este acto inició una guerra entre lo k'oja y la alianza kꞌicheꞌ-kaqchikel de Qꞌumarkaj en la que Qꞌuqꞌumatz falleció en combate.
Al aprender sobre la muerte de su padre, su hijo y sucesor K'iq'ab juró vengarse y dos años más tarde dirigió, junto con el k'amha Ajpop (rey electo), una campaña militar de los kꞌicheꞌ y kaqchikeles contra los k'oja. Las fuerzas de K'iq'ab invaderion el asentamiento k'oja a primera luz, mataron a Tekum Sik'om y capturaron a su hijo. K'iq'ab recuperó los huesos de su padre y regresó a Qꞌumarkaj con muchos prisioneros y todo el jade y metal que encontraban. En esta misma campaña las fuerzas de K'iq'ab también conquistaron varios asentamientos en la zona de Sacapulas, y sometieron al pueblo mam cerca de Zaculeu. Durante el reinado de K'iq'ab, que fue particularmente belicoso, el reino de los kꞌicheꞌ alcanzó una expansión considerable, y llegó a incluir a Rabinal, Cobán y Quetzaltenango, extendiéndose hacia el río Okos en el oeste, cerca de la frontera moderna entre la costa de Chiapas de México y la costa del Pacífico de Guatemala. Con el apoyo de los kaqchikeles, la frontera oriental del reino fue empujada hasta el Río Motagua, y en el sur hasta Escuintla.
En 1470 una rebelión sacudió Qꞌumarkaj durante una gran celebración en la que se reunieron los representantes de todos los pueblos importantes del altiplano. Dos hijos de K'iq'ab, junto con algunos de sus vasallos, se rebelaron contra el rey, matando a muchos señores de alto rango, miembros del linaje Kaweq, y guerreros kaqchikeles. Los rebeldes intentaron también de matar a K'iq'ab, pero era defendido por hijos leales en Pakaman, en las afueras de la ciudad. Como resultado de la rebelión, K'iq'ab se vio obligado de otorgar concesiones a los dirigentes de la rebelión y perdió mucho de su poder político. Los nuevos señores kꞌicheꞌ se volvieron en contra de los aliados kaqchikeles, quienes tuvieron que abandonar el reino kꞌicheꞌ. Los kaqchikeles fundaron su propia capital en Iximche.
Después de la muerte del rey K'iq'ab en 1475, los kꞌicheꞌ estuvieron en guerra contra los kaqchikeles y tz'utujiiles, posiblemente en un intento de restaurar el antiguo poder hegemónico de Qꞌumarkaj. Poco después de la muerte de K'iq'ab, las fuerzas de Qꞌumarkaj atacaron Iximché bajo la dirección de Tepepul. Sufrieron una derrota desastrosa, dejando los kꞌicheꞌ seriamente debilitados e incapaces de desafiar otra vez más de forma directa a los kaqchikeles de Iximché. Tekum, el sucesor de Tepepul, lideró la campaña de los kꞌicheꞌ contra los Tz'utujiiles, pero falleció en combate al sur del lago de Atitlán.El equilibrio político entre los linajes dominantes era frágil a finales de la historia de Qꞌumarkaj, y el linaje de los Nijaib parece haber desafiado la supremacía de la casa de los Kaweq.
En marzo de 1524, el invasor Pedro de Alvarado (con un ejército de españoles y yanaconas) llegó a Qꞌumarkaj tras aceptar la invitación de los gobernantes del reino kꞌicheꞌ, después de que había derrotado a un ejército de los kꞌicheꞌ compuesto de 6.000 guerreros en el valle de Quetzaltenango en una batalla durante la cual fue muerto Tecún Umán, uno de los cuatro señores de la ciudad..."Publicado x Cultura...
Read moreUn lugar muy bello y a pocos minutos del centro de quiché. Como siempre os he dicho; es una gran lastima y vergüenza ver como la gente deja de apreciar estos lugares antiguos, pude ver a los niños andar a rienda suelta haciendo y deshaciendo en el lugar. En mi experiencia de 12 años de vagar por el mundo eh aprendido a respetar cada espacio y saber distinguir entre un parque de diversiones y un parque arqueológico. Y esque en los parques arqueológicos solo se admite disfrutar de la vista de estas civilizaciónes antiguas y tomar fotos, pero jamás subirse como que fueran toboganes o cosas por el estilo. En conclusión: no me agrado para nada en absoluto el que la gente no respetará los espacios de estos monumentos y el gobierno o inguat o incluso la misma comunidad debe hacer algo para salvar o preservar estos lugares que nos han dejado las...
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