Increíble experiencia con la cata de vino de Adega Vella. Después de comer en Castro Caldelas, pregunte cuál era la bodega ideal más cercana para hacer una cata de vino y me recomendaron esta porque los trabajadores son locales, de toda la vida.

Siempre quise hacer una cata en la ribeira sacra. He de decir que esta experiencia superó con creces todas mis expectativas.

Rubén, un joven trabajador apasionado por los vinos, nos hizo una visita por las bodegas. Su presentación fue cercana, con mucha calma y mucho mimo. Mi sorpresa llega cuando le pido hacernos la guía en inglés (por mis amigos de fuera) y el nos lo hace con mucha soltura y gran vocabulario del mundillo. Nos explica todo tipo de detalles sobre los barriles, la madera, el proceso de elaboración del vino, y un largo etcétera. Responde todas nuestras preguntas con confianza y gran conocimiento del tema.

Tras la visita nos espera la hija de los dueños, la cual nos muestra la gran variedad de vinos que producen, nos explica detalladamente el % de uva de cada vino, su historia, el origen de los nombres de cada botella. Todos ellos con un significado detrás.

Esta empresa lleva el emprendimiento en las venas. Les gusta experimentar nuevas recetas y luchan por conservar las uvas tradicionales.

El precio fueron 8€ la cata básica y 12€ la cata premium, con muchos vinos blancos y tintos.

Por 5€ más pudimos probar su vino más top, preparado en un barril de huevo de granito. Debéis hacer la guía para entenderlo!

Al final me compré su copa serigrafiada por 2.5€ para el recuerdo de tan grata experiencia.