La zona, los ecosistemas y los pobladores son encantadores. La senda en sí es una idea muy original. Lo único que falla es que sobre todo el tramo que transcurre en la vertiente izquierda del valle, sigue demasiado transitado por VACAS, lo que lo hace mucho menos agradable, y en ocasiones algo contaminado, o notablemente embarrado. Visitarlo en época de lluvias puede no ser una buena idea, aunque la excelente señalización permite hacer otros tramos más practicables todo el año, incluso con niños y mascotas. Si no te importa un poco de lodo y caminar sobre las pisadas del ganado, es una ruta para hacer completa. Este noviembre lo he visitado con días tan claros y está ESPECTACULAR, limpio y mejorado, y una LUZ al atardecer para no perderse. En caso contrario, busca las partes hacia los miradores, que son...
Read moreInteresante recorrido de 11,82 km, que hicimos en 3 h y 38', con un desnivel de 420 m. Es fácil, pero requiere algo de entrenamiento. Muy bien señalizada. En sentido antihorario, desde el aparcamiento a la derecha de la carretera, se sube a la iglesia y ya las esculturas que jalonan el paseo te van guiando. Una subida por pista para calentar, entra luego en un robledal y cae a Valle de Santullan, desde donde arranca una subida sin sombra que culmina en el mirador de Castillos del Valle. Desde ahí, bajada por robledal hasta el Santuario del Carmen, comimos alli muy bien en la posada, y el último kilómetro hasta Villabellaco que se nos hizo el mas duro. Hay fuentes no cloradas en el recorrido,...
Read moreLa ruta se hace pesada y poco atractiva. El principio es una subida bastante empinada sin sombra. Después, ya en el bosque es más agradable pero como cualquier otro bosque. A mitad de ruta se cruza la carretera y vuelve a tener una subida muy empinada. Las personas con las que nos cruzamos se volvían por la carretera hacia sus coches y dejaban media senda sin hacer. La mayoría de esculturas están en las inmediaciones de los pueblos así que si es por verlas podéis ahorraros la senda y acercaros a cada pueblo. De todo lo que visitamos en la montaña palentina fue lo que menos nos mereció la pena... Pero para eso...
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