Es de reseñar también, la amplia mazmorra aún conservada en los subterráneos del castillo así como el aljibe y las caballerizas.
El castillo de los Sotomayor Zúñiga y Madróñiz es una construcción de estilo gótico-militar, iniciada en la segunda mitad del siglo XV, situada en la localidad de Belalcázar en la provincia de Córdoba, (Andalucía, España). También se le conoce como castillo de Gahete o castillo de Gafiq.
Con una altura de 47 metros en su renacentista torre del homenaje, se trata del castillo más alto de toda la Península Ibérica.
El Castillo de Belalcázar está ubicado en un característico paraje serrano al norte de la población, siendo uno de los más importantes de la provincia de Córdoba. Perteneciente a los condes de Belalcázar, donde tuvieron su residencia, da testimonio, junto con el convento de los franciscanos de la población, del gran papel que estos señores desempeñaron como mecenas de la arquitectura y promotores del gótico tardío.
Parece que en el mismo lugar ya hubo una fortaleza romana, continuada luego en época musulmana, de la que todavía subsiste un importante testimonio en la cerca exterior, que se mantuvo como primera línea de muralla con torres albarranas sobre el arroyo Caganchas. Esta fortaleza es un fiel reflejo del gran papel que estos señores desempeñaron como mecenas de la arquitectura y promotores del gótico tardío en la comarca.
Dentro de este recinto, y en lo más elevado del montículo, se construye el Bello Alcázar que da nombre a la villa, cuya obra corresponde a la segunda mitad del siglo XV. Su construcción data de 1450 cuando Juan II otorgó estas tierras a Gutierre de Sotomayor, Maestre de la Orden de Alcántara, permitiéndole construir un castillo. Su construcción fue iniciada en la segunda mitad del siglo XV con el objetivo de convertirse en la residencia de los condes de Belalcázar, señores feudales del territorio en aquella época.
El castillo, de excelente cantería de granito, ofrece una disposición cuadrangular, con altos y robustos muros que aparecen jalonados por ocho torres prismáticas, en correspondencia con el centro cada uno de los flancos y las esquinas. Tanto los lienzos de muralla como las torres, se enriquecen en su coronamiento con una apretada línea de modillones que, obviamente, embellecen la imagen del conjunto.
Sin embargo, el sorprendente efecto que produce la fortaleza obedece particularmente a la torre del homenaje, emplazada en el muro oriental con una altura de 47 metros, es la más grandiosa de todas. En sus dos primeros tercios ofrece una disposición cilíndrica al redondearse las esquinas, compensándose esa diferencia a través de unos elementos escalonados de figura piramidal. Se ha relacionado este recurso con el también empleado en la del Clavero de Salamanca, obra de la época, construida por el otro Sotomayor. El rasgo definitivo de este cuerpo alto son las garitas cilíndricas que, alternativamente, largas y cortas, se adosan a los costados y en las esquinas. Sus superficies se aprovechan para unos gigantescos escudos de los Sotomayor con bandas traqueadas. Ello contribuye sobremanera al ornato de la torre, lo mismo que las repisas de los garitones, características del gótico flamígero.
Adosado a la fortaleza, bordeando el ángulo desde la torre del homenaje, se levantó un palacio renacentista en 1539 con la supervisión de Hernán Ruiz I y ejecución de un maestro local. El palacio posee una fuerte simbología de carácter humanista (Vid. MOLINERO MERCHÁN, Juan Andrés, Palacio renacentista de Belalcázar. Humanismo del tercer duque de Béjar, Córdoba, Ed. Universidad de Córdoba, 2011). Actualmente se encuentra arruinado, pero aún pueden verse las galas platerescas que embellecen los marcos de sus ventanas, muy parecidas a las que hay en la sacristía de San Juan Bautista de...
Read moreEste castillo se conoce también por Castillo de los Sotomayor o también Castillo de Gahete o de Gafiq.
Se encuentra ubicado en un característico paraje serrano al norte de Belalcázar, siendo uno de los más importantes de la provincia de Córdoba, perteneciente a los condes de Belalcázar, donde tuvieron su residencia, al tiempo que da testimonio, junto con el convento de los franciscanos de la población, del gran papel que estos señores desempeñaron como mecenas de la arquitectura y promotores del gótico tardío.
Parece que en el mismo lugar ya hubo una fortaleza romana, continuada luego en época musulmana, de la que todavía subsiste un importante testimonio en la cerca exterior, que se mantuvo como primera línea de muralla con torres albarranas sobre el arroyo Caganchas.
Dentro de este recinto, y en lo más elevado del montículo, se construye el Bello Alcázar que da nombre a la villa, cuya obra corresponde a la segunda mitad del siglo XV. Ésta se llevó a cabo una vez don Gutierre de Sotomayor, maestre de Alcántara, tomó posesión de la fortaleza en 1445, tras serle donada por el rey Juan II.
El castillo, de excelente cantería de granito, ofrece una disposición cuadrangular, con altos y robustos muros que aparecen jalonados por ocho torres prismáticas, en correspondencia con el centro cada uno de los flancos y las esquinas. Tanto los lienzos de muralla como las torres, se enriquecen en su coronamiento con una apretada línea de modillones que, obviamente, embellecen la imagen del conjunto.
Sin embargo, el sorprendente efecto que produce la fortaleza obedece particularmente a la torre del homenaje, emplazada en el muro oriental con una altura de 47 metros, es la más grandiosa de todas. En sus dos primeros tercios ofrece una disposición cilíndrica el redondearse las esquinas, compensándose esa diferencia a través de unos elementos escalonados de figura piramidal. Se ha relacionado este recurso con el también empleado en la del Clavero de Salamanca, obra de la época construida por el otro Sotomayor. Pero el rasgo definitivo de este cuerpo alto son las garitas cilíndricas que, alternativamente, largas y cortas, se adosan a los costados y a las esquinas. Sus superficies se aprovechan para unos gigantescos escudos de los Sotomayor con bandas traqueadas. Ello contribuye sobremanera al ornato de la torre, lo mismo que las repisas de los garitones, características del gótico flamígero.
Adosado a la fortaleza, bordeando el ángulo desde la torre del homenaje, se levantó un palacio renacentista entre 1531 y 1544, al parecer obra de Hernán Ruiz I. Actualmente se encuentra arruinado, pero aún pueden verse las galas platerescas que embellecen los marcos de sus ventanas, muy parecidas a las que hay en la sacristía de San Juan Bautista de...
Read moreMaravilloso castillo. Las expectativas superadas con creces, ya que la arqueóloga encargada de contarlo, lo hace de una manera que te devuelve la curiosidad cuando eres peque. A destacar el magnífico trabajo de conservación que se está realizando, ya que se está descubriendo poco a poco su historia. En el momento de nuestra visita, saben que hay tres aljibes, siendo el más profundo de 14 metros, lo que da una perspectiva del gran trabajo realizado y de lo que queda por descubrir. Otro detalle que me parece muy interesante es que existen 87 firmas de la época de los participantes en su construcción. No hago spoiler, pero tenemos una historia interesante con una dama y un maese. Venid a descubrir un castillo increíble, cuyas vistas son impresionantes.... Eso sí muy aconsejable la primera visita y ropa y calzado cómodo. Hay que comprar entradas...
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