Las Torres de Altamira, cuyo origen se remonta a una fortaleza construída en el siglo IX, son más que las ruinas de un castillo, son una inmersión en la historia, patrimonio y cultura de Galicia. Localizadas en el municipio de Brión, provincia de A Coruña, su dilatada y azarosa existencia le ha permitido ser testigo de luchas de poder entre la iglesia y la nobleza local, escenario de la Revolta Irmandiña, víctima de asedios y del abandono e, incluso, superviviente de su “reconversión” en cantera a finales del siglo XIX y principios del XX. Sus piedras, sillares y algunos elementos ornamentales fueron utilizados en la construcción de viviendas y cobertizos, en la capilla de Santa Minia o en la iglesia parroquial de Brión.
Las ruinas del castillo levantado sobre una necrópolis castreña -por lo que son conocidas también como el Castro de Altamira- fue adquirido por la Deputación da Coruña en 1973, que las limpió, consolidó para evitar su derrumbe y puso en valor, convirtiéndolas en un atractivo cultural y turístico de Brión. Su ubicación estratégica hace de las Torres de Altamira un magnífico mirador sobre el valle de A Mahía. Las Torres de Altamira fueron declaradas Bien de Interés Cultural (BIC) en 1994.
Reconstruído tras este asalto y un posterior asedio por parte de las tropas del arzobispo de Santiago, los Moscoso-Condes de Altamira mantuvieron su residencia aquí hasta el siglo XVII y la propiedad hasta el XIX. En este tiempo el abandono, un incendio y la falta de cuidados deterioró severamente la estructura. Fue en 1872 cuando la familia vendió el castillo a un particular que utilizó, de hecho, este ruinoso conjunto arquitectónico como cantera.
La edificación llegó a tener seis torres rectangulares, una muralla que rodeaba un suntuoso pazo y una capilla bajo la advocación de los Reyes Magos, en donde eran enterrados sus propietarios. Un esplendor que los visitantes de las Torres de Altamira solo podrán intuir e imaginar a partir de los restos conservados: una gran torre con bóveda de cañón, la pared de un corredor que mantiene una portada gótica con ventana ojival, la base de la fortificación con una cantería propia del siglo XV y el pozo del castillo.
Las Torres de Altamira es el monumento más representativo de la historia de Brión, un municipio que atesora un amplio y rico patrimonio civil y religioso y en el que también encontramos magníficos espacios naturales como la carballeira de Santa Minia o aguas medicinales como las del balneario de Tremo o las del manantial Augas Ferras. Pazos como o de Trasouteiro o el Armesto; iglesias como la de Santa Minia, Santa María de Bastavales o cruceiros como los de Rial, Bastavales, Ons o Aguiar son ejemplos de lo que nos...
Read moreUn lugar pintoresco y un pedacito de historia. Es una lástima que no esté más cuidado. Las ruinas del castillo son lo que queda del que se construyó en el siglo IX sobre los restos de un antiguo castro de la antigüedad. La fortificación del siglo IX se mantuvo hasta el año 1073, año en el que fue arrasada por Gonzalo de Moscoso, castillo del que no se saben cuáles eran sus dimensiones, ni las dependencias con las que contaba.Fue de nuevo derruido por los Irmandiños en el siglo XV (1431-1469), durante la revuelta y reedificado en 1471. Curiosamente, las nuevas murallas ya fueron adaptadas para resistir el impacto de los proyectiles de pólvora. Posteriormente fue asediada en el año 1471, por las tropas del arzobispo de Santiago, bajo el mando de su propio hermano Luis de Acevedo, sin mucha suerte. Desde 1480 habitó el castillo el I Conde de Altamira Lope Sánchez de Ulloa y Moscoso Por su posesión se libró de la Batalla de Altamira. Las obras de mejora y ampliación continuaron durante el gobierno del II conde de Altamira, llegando a contar con seis torres, además de un cómodo palacio. Años después, en 1594, el V conde de Altamira: Lope de Moscoso Osorio, ordenó construir en el recinto una capilla bajo la advocación de los Reyes Magos.A partir del siglo XVII los condes dejaron de habitar el castillo y ocuparon el Palacio de Trasouteiro, a poco más de un quilómetro de las torres, trasladándose con posterioridad a la corte. Todo indica que en el siglo XVIII sufrió un incendio, que afectó sobre todo al palacio, favoreciendo su abandono. A partir de este momento comenzó su proceso de ruina, siendo a finales del siglo XIX cuando más fue usado como cantera para numerosas construcciones. En 1872, uno de los herederos de la casa de Altamira vendió las torres, ya en estado de ruinas. Uno de los compradores, un rico campesino que había estado en América, construyó una casa con las propias piedras de la fortaleza. Otro aprovechó la capilla de los Reyes Magos para construirse un cuscurro. También se aprovecharon los sillares en la construcción de la capilla de Santa Minia, cuando pasó a manos del arzobispado, y para las obras de la iglesia parroquial de Brión, llegándose a deshacer también la torre del homenaje. En 1917 aún se seguía sacando piedras de la fortaleza, hasta que en 1973 las ruinas fueron adquiridas por la Diputación Provincial de La Coruña, que emprendió las obras de limpieza y consolidación de lo poco que quedaba respecto a lo que fue, según la opinión de Ángel del Castillo, una de las mejores fortalezas de Galicia de los últimos años...
Read moreAncient ruins of a castle near Santiago de Compostela. Nice explanatory panels. From the top of the church tower there are some amazing views of the Mahia Valley even though it is forbidden to get up there (don't...
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