Monasterio de la Santa Espina — Attraction in Castromonte

Monasterio Cisterciense Construido por orden de Dña. Sancha de Castilla, hermana de Alfonso VII el Emperador, en siglo XII. Una joya enclavada en uno de los parajes naturales más interesantes de la provincia de Valladolid, los Montes Torozos; lugar tranquilo y acogedor con una historia muy interesante que los Hermanos de las Escuelas Cristianas de la Salle, actuales custodios del recinto explican con sencillez y amenidad en las visitas guiadas.

Como ha pasado en muchos monasterios, se construyó en diferentes épocas, presenta elementos de estilo Románico, Gótico y algunos de épocas muy posteriores, como las fachadas de la Hospedería del siglo XVI y la fachada y torres de la iglesia que es del siglo XVII, a la entrada por un arco de triunfo, se encuentra un monolito que recuerda el encuentro de Felipe II con D. Juan de Austria “Jeromín”, que tuvo lugar el 28 de septiembre de 1559, en este lugar, en el interior se encuentran dos claustros, el de la hospedería y el regular, ambos del s. XVII. Su peculiaridad es que sen encuentra rodeado por una muralla de la que se conserva una buena parte.

Ha sobrevivido a varios momentos de adversidad: un incendio en 1731 que destruyó la biblioteca y gran parte del edificio, y del que pudieron salvarse la reliquia de La Santa Espina y el libro de Tumbo. La invasión francesa, y la desamortización de Mendizábal, que ocasionó la salida definitiva de los monjes en el año 1835.

El Monasterio acoge una exposición permanente de mariposas, insectos y distintos artrópodos de los cinco continentes, ubicada en las galerías y una de las salas del Claustro de la Hospedería; mantenida por los custodios del Monasterio, con aportaciones de algunos de los misioneros de la orden desplazados en América latina y África, la colección de mariposas se cifra en 3.000 ejemplares de un total de 10.000 piezas.

Actualmente es una Escuela de Capacitación Agraria, dependiente de la Junta de Castilla y León; declarado Bien de Interés Cultural desde...

De visita obligada si estas o pasas por Valladolid. Si vas NO TE ARREPENTIRÁS. A un tiro de piedra de la A6. Fuimos desde Tordesillas y es rapidísimo. Fin de semana de escapada de reposo y cultural. Nos regalamos la comida, los vinos y , el domingo por la mañana, la visita al Monasterio. El lugar es precioso. El entorno es un regalo para la vista. Escondido y espléndido, el monasterio se disfruta ya antes de llegar. Dia frio pero con sol de invierno en la cara que, como decía Hilario Camacho, "te ilumina los sentidos y da calor a la tristeza". Sin problemas para aparcar. La recepción es amable y simpática. Se puede ir a misa a las 11 si se quiere y es en una capilla pequeña de piedra antigua, escondida en el coro de la iglesia. Es visita guiada y a un precio simbólico. Son 50 minutos que se hacen amenos por el entusiasmo del guía. Se ve que es un enamorado de la historia y del arte. Todo esta muy bien conservado. Está gestionado por una fundación que, tengo entendido, tiene el mismo entusiasmo y espíritu de servicio que muestra el guía del monasterio. No lo habitan ya monjes desde 2019. Pero te los imaginas andando por los claustros y meditando en las capillas de paredes robustas, frias y acogedoras. Alturas y espacios que invitan al reposo y la reflexión. Da la sensación que recogen los pnesamientos y los trasladan a su destino. Esta visita es como todo lo bueno de la vida. El que va se lo lleva dentro y lo saborea durante años. El que no va, se lo pierde y llevará una vida más gris. ;-) Subo...

Rodeado de una enorme muralla del siglo xvi, el monasterio tiene su entrada por una puerta monumental con arco de medio punto sobre el que se sitúa una hornacina hoy vacía. Claustros Sus claustros, situados al norte de la iglesia, articulan las dependencias más importantes del monasterio. Cuenta con dos claustros: El primero de ellos, llamado claustro de la hospedería, data del siglo xvi. El segundo, claustro procesional, con expresión herreriana un poco tardía, es fruto de la transformación en el siglo xvii del primitivo cisterciense, del que apenas quedan restos. A un lado del mismo se situaban las dependencias de los monjes, para cuyas actividades cotidianas se precisaba del agua; al otro, la iglesia. Sala capitular Al igual que la sacristía, se remonta a los orígenes del monasterio, no habiendo sufrido grandes transformaciones desde entonces. Está situada en el claustro procesional. Es una de las mejor conservadas y más representativas de los monasterios cistercienses españoles por su sobriedad. Tiene vanos geminados a ambos lados de la entrada, que nunca fueron cerrados, para facilitar la asistencia de todos los monjes a los capítulos que se reunían dos veces al día. La parte más antigua del monasterio, se supone que hizo de iglesia en sus comienzos. Data de finales del siglo xii y comienzos del siglo xiii, siendo edificada en un románico tardío. Marca el comienzo de la construcción del monasterio: a un lado las dependencias de los monjes, al...