The road down to this lighthouse feels like something out of a nightmare: narrow, steep, and half-broken in places. Once you start descending, there’s really no turning back literally. At the bottom, there’s hardly space to turn around unless you’ve brought a tiny car or a 4x4 with good nerves.
That said, the view is spectacular. Standing there, looking up at the lighthouse with the ocean roaring below, you suddenly understand what a ship’s captain must feel steering toward a storm. Equal parts awe and “how do I get out of this alive?”
Totally worth it, but consider this your gentle warning: if your heart races easily, go look at...
Read moreEl 11 de mayo de 1908 el presidente de la Liga Marítima Española pidió un estudio para instalar un faro en el cabo Ortegal. La Comisión de Faros aprueba el 15 de enero de 1912 "que el nuevo faro, incluido en el Plan de Alumbrado, se sitúe en Punta Candelaria". Se proyectó en 1929 y se acabó en 1933 pero no se inauguró hasta principios de 1954 por discusiones sobre la conveniencia del emplazamiento exacto.
En 1930 diversas organizaciones pidieron suprimir el faro de Punta Candelaria e instalar un faro de 60 millas de alcance y una estación radiogoniométrica en cabo Ortegal. No prosperó la petición y se cambió la característica que se le había previsto por la de grupos de 3 y 1 destellos blancos. En 2004 se rehabilitó la fachada y ventanas del edificio del faro y se construyó un nuevo garaje.
En 2005 se instaló una estación base (AIS) y en 2008 se renovó el sistema de supervisión remota, que envía los datos por ADSL al Centro de Control, en la Autoridad...
Read moreEl faro de Punta Candieira merece la pena el viaje. Tras una carretera de curvas encajonada entre pinos y eucaliptos se llega a este faro moderno, construido a mediados del siglo XX, que se asoma a un acantilado abrupto. La ruta en coche ya es una experiencia en si misma por sus vertiginosas rampas y la sensacion de aislamiento. Al llegar, el paisaje es espectacular: el Atlántico batiendo con fuerza contra las rocas, aves marinas planeando y un silencio roto solo por el viento y las olas. No hay centro de visitantes ni aseos, y el recinto suele estar cerrado, pero se puede pasear alrededor y disfrutar de las vistas y del singular camino de bajada. El aparcamiento es pequeño y gratuito, y el acceso es libre. Recomiendo llevar calzado cómodo y subir despacio para no marearse con las curvas. Es un lugar ideal para amantes de la naturaleza y la fotografía y una visita que combina aventura y...
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