Es uno de las pocas fuentes monumentales que se conservan en Aragón y uno de los casos ejemplares, con función de elemento urbano generador y modificador de espacio.
Fué construida el año 1639, años más tarde que las obras realizadas en la Puerta Baja a la que acompaña para configurar una entrada triunfal a la ciudad.
Su ubicación actual desmiente un poco este concepto, pues se encontraba enfrente del convento de San Marcos, en línea con el arco de entrada de la Puerta, confiriéndole de esta forma mayor grandiosidad y sirviendo de arranque al futuro Paseo de concepción barroca.
La fuente se concibe como monumento arquitectónico y contiene un repertorio decorativo de claro matiz manierista.
Se dispone de forma frontal, para ser vista desde un único punto y se articula mediante pilastras con decoración de grutescos y jarrones, y capiteles con niños atlantes arrodillados; en la parte central, hay tres de estas pilastras, que sostienen un friso corrido con decoración de grutescos y coronadas por un frontón partido con volutas, entre el cual está el escudo de la ciudad que iba coronado por una bola, eliminada en la restauración.
A ambos lados se disponen dos nuevos frontones, partidos y rectos, a modo de templetes.
Los caños de la fuente, veinte como indica su nombre, a pares entre las pilastras, salen de la boca de veinte rostros muy desgastados por la erosión. Entre los cuales, la mitad de ellos con larga melena, se colocan como elementos decorativos, fruteros con uvas y peras.
De noche no vierten agua, imagino que es para evitar ruido a los vecinos de lis...
Read moreDicen que todos los caminos llevan a una fuente. Lo cierto es que siguiendo la calle mayor de Daroca en dirección a la Puerta Baja, como guinda de un pastel, se abre al viajero la imagen fresca y sonora de la fuente de los Veinte Caños. Al lado, se estira el parque en que juegan los niños y pasean algunos transeúntes. Es una bonita fuente del siglo XVII, formada por un largo frontispicio, que se divide en pilares iguales. Los caños salen de las bocas de rostros difuminados, por los que corre a prisa el agua para derramarse en la pila de piedra. En el centro, un friso de mayor altura acoge el escudo de la villa. Casas bien alineadas a los lados y por detrás, forman el estupendo marco que la rodea . Sin duda, sus vecinos reciben a todas horas el canto permanente de sus aguas. Debió ser en otra época el principal suministro de agua de los darocenses, pero hoy, aunque haya perdido aquella funcíón primordial, sigue siendo uno de los referentes importantes de Daroca no solo para sus habitantes, sino para todos los viajeros. Porque como escribió A. Machado: "En el solitario parque, la sonora/copla borbollante del agua cantora/me guió a la fuente..." Así nos sucede a todos los que visitamos esta villa, tan interesante...
Read moreMuy bonita esta Fuente de los Veinte Caños del siglo XVII, situada en un lateral de la Calle Mayor junto a la Puerta Baja, una de las entradas monumentales a la espectacular ciudad de Daroca. La fuente está muy bien conservada, y el agua está bien fresquita para poder refrescarse. Muy...
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