Pozo muy bien conservado situado en una bonita pradera a medio camino de la subida al Alto del Mirlo. El pueblo árabe comenzó a construir pozos de la nieve alrededor del año 1100. En el s. XVIII ya se realizaron en las montañas, a más de 1.000 m, de altitud, donde la nieve era abundante. El mejor terreno era el centro de las grandes praderas en la ladera, lo que permitía rodar las bolas de nieve hacía el pozo. Su finalidad era acumular nieve en la época invernal y conservarla para el verano.
..."Para construirlos se excavaba en el terreno un hueco de cuatro a seis metros de ancho y de seis a diez metros de profundidad, realizándose la pared con bloques de piedra de granito. Para permitir el descenso a su interior se formaba una escalera con bloques sobresalientes de la pared o se construía una manual de madera. Alrededor de los pozos se construían refugios que servían entre otras cosas para evitar el calor del sol, ya que se trataba de mantener el hielo y la nieve durante el mayor tiempo posible. También utilizaban como cobijo para los que allí trabajaban. En el fondo del pozo poseían un desagüe con una salida subterránea para evitar la humedad, ya que la nieve no apoyaba sobre la tierra, si no cámara confeccionada con pequeños troncos para la filtración del goteo al deshacerse. La nieve se introducía en grandes bolas que se hacían caer al interior, donde se prensaban por la caída. Para lograr que la masa de nieve aguantara el mayor tiempo posible se empleaba paja, helechos, retamas y arbustos de la zona cada metro o metro y medio de nieve. Una vez lleno se cubría todo de nuevo con restos vegetales para aislarlo.. En el verano la nieve en pequeños bloques metidos en serones se transportaba con caballerías a los pueblos cercanos, viajando siempre por la noche. La nieve helada se vendía por encargo a bares, tabernas, posadas, etc... Como cualquier otra actividad, la explotación de los pozos de la nieve tenía su regulación, ya en época de Felipe II se estableció un impuesto de dos maravedíes por cada libra de nieve y hielo que se consumiera. En 1607, mediante una Cédula Real, el Rey Felipe IV da licencia a Pablo Xerquies para la creación y explotación de pozos de nieve y hielo. Como curiosidad, por los vales de compra fechados en el año 1906 se sabe que el propietario de este pozo, entonces Don Manuel Martín Delgado, cobraba a tres reales la arroba de nieve. Este pozo de nieve situado en el paraje denominado las Praderas del Pozo, utilizado hasta principios del siglo XX, se encuentra en la Reserva Natural del Valle de Iruelas. A lo largo de 1998 ha sido restaurado por el Servicio Territorial de Medio Ambiente de Ávila de la Junta de Castilla y León, con el fin de dar a conocer este interesante legado cultural. ¡¡¡Su cuidado corresponde a todos, respeta el lugar y su entorno!!! FUENTE: Reserva Natural del...
Read moreBonita excursión para realizar desde Casillas, o desde el Valle de Iruelas.
Inicia desde el Puerto de Casillas el recorrido dura una hora y cuarto, y es bastante suave. SI el día está despejado, se disfrutan de unas estupendas vistas de todo el valle de Iruelas hasta el embalse.
El acceso con coche al Puerto de Casillas es complicado, ya que es una pista de tierra, por lo que posiblemente prefiramos dejar el coche más abajo y subir andando al puerto, aumentando así la duración y recorrido de la ruta según dónde dejemos el coche.
El pozo es una pequeña construcción muy interesante, con panel explicativo, aunque la ruta y el entorno son en si mismos el mayor atractivo.
SI nos sentimos con ganas, podemos ampliar la ruta hasta el Alto del Mirlo, o cualquiera de los muchos senderos del lugar.
Recordad tratar el entorno con respeto y cuidado. No hay papeleras ni ningun servicio de limpieza, por lo que es primordial recoger todo lo que dejemos. Nadie va a ir detrás nuestro limpiando.
Esto es aplicabale también a las cascaras y pieles de frutas: Aunque no generen un grave impacto al medioambiente, afean el paisaje e invitan a otros visitantes a ser descuidados y dejar la...
Read moreSubiendo desde Casillas, se convierte en un camino de tierra y piedras malo para coches bajitos, aunque se puede subir (sino no hay nieve ni esta lloviendo), para Sub todocamino y 4x4 es Ok. El camino te lleva hasta arriba donde hay una zona donde dejar el coche, desde ahí sale una vereda dirección noreste, por la cara norte de la montaña y con vistas al "Valle de hiruelas" y el pantano del Burguillo. El camino hasta el Pozo de Nieve es muy bonito y esta marcado por balizas de madera que indican la dirección correcta, desde el coche hasta el pozo de la nieve hay como una hora de camino de ida más una hora de vuelta. Desde el punto donde se deja el coche, el camino continua bajando por la cara norte y llega hasta el pantano del Burguillo, zona muy bonita para...
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