Sitio chulísimo!! La Cascada de Tobera es uno de esos rincones mágicos que parecen sacados de un cuento. Situada en la pequeña localidad burgalesa de Tobera, muy cerca de Frías, sorprende al visitante con un paisaje en el que el agua, la piedra y la vegetación se entrelazan de manera armónica. El río Molinar, que atraviesa el desfiladero en el que se asienta el pueblo, se precipita en una serie de saltos y pozas que, junto a los antiguos puentes y ermitas románicas del entorno, conforman una estampa de gran belleza natural y patrimonial.
Lo que hace especial a esta cascada no es únicamente la caída de agua en sí, sino el conjunto que la rodea. Al recorrer el sendero que bordea el río, el visitante se encuentra con un paisaje cambiante según la época del año: en primavera y otoño, el caudal crece y el espectáculo es más sonoro y vibrante; en verano, la frondosa vegetación regala frescor y sombras; mientras que en invierno la cascada puede ofrecer imágenes casi oníricas con el agua helada y el ambiente silencioso.
Muy cerca de la cascada se conservan pequeñas ermitas como la de Santa María de la Hoz y la de Cristo de los Remedios, que parecen custodiar el paso del agua y recuerdan el profundo vínculo entre el entorno natural y la espiritualidad popular. El contraste entre el murmullo constante del río y la quietud de estas construcciones de piedra refuerza el carácter casi sagrado del lugar.
Además, la cascada de Tobera es de fácil acceso, lo que la convierte en un destino ideal para una escapada tranquila. La ruta es corta y apta para todo tipo de público, pero lo suficientemente cautivadora como para quedarse contemplando durante largo rato la fuerza del agua y la serenidad del paisaje. No es extraño que muchos viajeros la describan como uno de los rincones más fotogénicos de Burgos, un espacio donde la naturaleza y la historia se dan la mano de manera excepcional.
Visitar la Cascada de Tobera es dejarse sorprender por un entorno íntimo, pintoresco y lleno de encanto. Es un lugar que invita a detenerse, respirar hondo y escuchar cómo el agua sigue contando, con su incesante correr, la historia de un paraje que ha acompañado a...
Read moreLas Cascadas de Tobera, en el municipio de Frías (Burgos), son un rincón natural de gran belleza, donde el río Molinar desciende formando varios saltos de agua encajados entre casas, puentes y paredes de roca. El recorrido es sencillo y está bien acondicionado, permitiendo disfrutar de vistas espectaculares en cualquier época del año, aunque en primavera y tras lluvias el caudal es especialmente impresionante. Nosotros hemos estado en agosto.El sonido del agua, la vegetación que cubre las paredes y el juego de luces crean un ambiente único que invita a detenerse y disfrutar. Junto a este paraje se encuentra la Ermita de Santa María de la Hoz, encajada en un desfiladero y unida al paisaje de forma asombrosa. Su origen medieval y mezcla de estilos románico y gótico se aprecian en los detalles de su fachada y ventanales. Situada junto al puente medieval, la ermita parece vigilar la entrada al pueblo y ha sido, durante siglos, lugar de paso, culto y refugio para viajeros. Su interior no era visitable...pero puede hacer dos fotos desde la gatera de la puerta.... La visita combina naturaleza y patrimonio en muy poco espacio, lo que la hace perfecta para una escapada rápida o como parte de una ruta más amplia por la zona. Desde el aparcamiento junto a la carretera BU-504, el acceso es a pie y muy cómodo, ideal para familias y amantes de la fotografía. En conjunto, las Cascadas de Tobera y la Ermita de Santa María de la Hoz forman un enclave imprescindible en la provincia de Burgos, donde agua y piedra se unen para ofrecer una estupenda...
Read moreCamino de la ciudad de Frías y comenzando a bajar el Parque natural de los Montes Obarenes, se puede apreciar desde el coche, un aparcamiento a la izquierda donde se puede dejar el coche y un paraje natural compuesto por dos preciosas ermitas de estilo gótico, del S.XIII y un puente mediaval, sobre el desfiladero del río Molinar. Al bajarse y entrar en este paraje es como viajar al pasado a la vez de sentirse como en un cuento de hadas. Al lado se aprecian unas impresionantes montañas, donde puedes ver numerosas cabras. A continuación observamos unas indicaciones para ir por el paseo Molinar, que debe su nombre a los molinos que antiguamente se encontraban. En el discurrir del río entre árboles, se puede sentir bastante frescor y estar en pleno contacto con la naturaleza, siendo un regalo para los sentidos. Aparecen bellas cascadas, provenientes por surgencias que brotan en lo alto y se precipitan al vacío en varias ocasiones. Se puede decir que nos encontramos en uno de los parajes con más encanto de la comarca que merece ser visitado en algún momento100%...
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