Una auténtica delicia! El paraje en el que este museo está ubicado es realmente maravilloso, aunque un pelín alejado de las rutas convencionales. Las vías de acceso son un poco agrestes, así que es conveniente conducir con precaución. Por lo demás, el museo es increíble. Por si no lo sabíamos tenemos el único museo de Rolls-Royce con TODOS los modelos fabricados de esta marca, en una colección privada. Se puede visitar los domingos y desde luego, es un paseo por la historia de la automoción. Que me perdonen los responsables del museo, sé que la colección es REALMENTE IMPRESIONANTE, pero la pieza que, en mi caso particular me ha robado el corazón, es un coche de finales del siglo XIX (creo), sin volante, con una palanca para girar el "coche" con una placa en inglés que reza "club de carruaje sin caballo".... una auténtica maravilla. Absolutamente recomendable para todos los amantes del motor!