La Hacienda de La Llorea Golf — Attraction in Gijón

Me voy a extender mucho en mi opinión y tanto el lugar como su equipo lo merece, hay cosas y sobre todo detalles que van mas allá de la profesionalidad, sobre todo la manera en la que se involucran, tienen ese plus de buen gusto y atención que no todos los sitios, por buenos que sean, tienen.

Allí celebré el banquete de mi boda, un dia intenso, lleno de nervios y emociones. Realmente lejos de agobios consiguieron que disfrutáramos de organizarla, Patricia y Ana son dos chicas increibles que tienen un talento, capacidad de resolución y una calidad de trabajo muy por encima de lo que ofrecen otros sitios que puedan organizarte una boda, todo esto se traduce en que la organización se hace fácil y sencilla, te descargan de trabajo, mas aún cuando confias en el buen gusto que tienen, cuidan hasta el mas mínimo detalle para que todo esté a perfecto, temperatura de la sala, intensidad de las luces... un diez de diez.

Luego tienen un equipo de cocina con una capacidad de personalización y una calidad de productos que no se ven ni se ofrecen en cualquier sitio, Paula y Jose con quien mas tratamos, mas de lo mismo, encantadores y sobre todo haciéndo fácil lo difícil, la gente salió mas que encantada con la comida, sorprendidos con todo lo que se organizó para el cocktel, su punto fuerte y con lo que literalemente muchos invitados, alucinaron.

Todo este equipazo, porque son un equipazo, se traduce en que hacen que uno de los días mas importantes de tu vida sea perfecto, que se llene de recuerdos geniales e imborrables, de eso es de lo que se trata, lo saben y lo hacen de diez.

Les auguro y deseo mucho éxito, lo merecen y ya lo tienen, ya han ganado premios de organización de bodas y aún quedan mas por llegar.

Un abrazo a todo el equipo y sobre...

Sábado 15 de febrero y vamos de cena de san Valentín. En primer lugar nos hacen pagar por adelantado la cena (cosa que entendemos) pero resulta que cuando llegamos allí (nos hacen ir media hora antes de la cena) hay gente que no pagó, y que solo había que ir antes para pagar (cosa que no nos dijeron y opción que no nos dieron, todo lo contrario). Después de 45 minutos de espera nos dicen que nos ponen en otro salón y cenamos en el llagar, que está en la planta inferior, donde hacia un frío horrible (durante la cena algunas personas estaban cenando con abrigo) y ponen la calefacción a la hora del baile... Las mesas sin manteles, sillas plegables con un cojín y el suelo el típico de un llagar, horrible para bailar. Cuando llega la cena, el pescado estaba frío porque parece ser que tenían problema en la cocina. Tras comunicarle al responsable de sala nuestro descontento con la ubicación, no obtenemos más que excusas, y nos parece injusto que habiendo pagado lo mismo que las personas que estaban en el otro salón existan tantas diferencias. No era la primera vez que íbamos a una cena con baile a este sitio, pero sí que será la última, tanto nuestra como de todos los comensales de nuestra mesa de...

Una lástima, podía haber estado un poco mejor, pequeños detalles no hicieron brillar algo que con pequeñas cosas hubiera hecho que fuera mejor experiencia. Empezando por el aperitivo, la cerveza caliente y aperitivos que no se corresponden con lo esperado, seguramente fue lo contratado pero no era lo esperado, escaso y poco coordinado. Subes a comer cuando te llaman, en nuestro caso a las 16:15, me pareció tarde, más yendo con niños. Aunque pedimos pasar a comer nos hicieron esperar hasta que nos llamasen. Imagino que con tanta celebración y comunión estaban un poco atascados.

Sopa de marisco rica pero fría. Es al revés, cerveza fría y sopa caliente, un despiste lo tiene cualquiera. La lubina muy buena y el rulo de secreto muy buenos. El postre lo acaban de servir, a las 17:50, el típico hueco entre platos que hace que se te quiten las ganas. Los tempos no los acaban de tener muy controlados, se juntan los postres con la música y casi con las cenas. Los camareros me parecieron muy agradables y amables y tuvieron un día de muchísimo trabajo aún así no perdieron la sonrisa en ningún momento. La comida buena, toda, lástima de la sopa fría y las esperas. La...