Llagar The Trole — Attraction in Gijón

Celebrar nuestra boda en el Llagar de El Trole fue una de las mejores decisiones que tomamos. Este lugar tiene un encanto especial que hizo que nuestro día fuera aún más mágico. Desde el momento en que visitamos el llagar por primera vez, supimos que era el lugar perfecto para nuestra celebración. Queremos expresar nuestro más profundo agradecimiento a Esmeralda, cuya cercanía y profesionalismo hicieron que todo fuera posible. El día de la boda, el Llagar de El Trole lucía espectacular. La belleza del entorno, junto con la decoración cuidada al detalle, creó una atmósfera cálida y acogedora que todos nuestros invitados elogiaron. Esmeralda y su equipo se encargaron de que cada momento transcurriera sin contratiempos, permitiéndonos disfrutar plenamente de nuestra celebración sin preocupaciones. Recomendamos encarecidamente el Llagar de El Trole a cualquiera que esté buscando un lugar con encanto y un servicio excepcional para su boda u otro evento especial. Gracias, Esmeralda, por tu dedicación y por hacer de nuestra boda un día...

Llagar El Trole es un lugar con alma y tradición, ubicado en la parroquia de Cabueñes, a pocos pasos de la Laboral Ciudad de la Cultura y el Jardín Botánico Atlántico de Gijón. Fundado en 1935 como lagar de sidra, este espacio combina historia, gastronomía y un entorno único, ideal para celebraciones inolvidables.

Pionero en popularizar las espichas, el Trole ofrece amplios espacios como El Llagar, La Masera y La Duerna, además de una terraza espectacular, perfecta para cócteles al aire libre. Su cocina destaca por el emblemático cordero a la estaca, fabada y quesos asturianos, creando una experiencia culinaria inigualable.

Con una atención cálida y profesional, Llagar El Trole se ha convertido en un referente de eventos y celebraciones en Asturias, dejando huella en cada visitante. Si buscas tradición, calidad y encanto, este...

El pasado sábado hicimos allí una espicha 41 personas. Cuando llegó la hora de abandonar el local, los camareros literalmente nos echaron con muy malos modos y palabras, encarándose incluso en plan muy borde con una de nuestras compañeras. Argumentaban que tenían que preparar el local para una cena. Al cabo de una hora más o menos pasé por allí de nuevo y no había nadie cenando. Anteriormente nos tuvieron una media hora sin sidra, según ellos por una avería en la bomba. Cuando les sugerimos que mientras tanto nos escanciasen sidra de botella no sólo no lo hicieron sino que también recibimos malos modos como respuesta. Respecto a la comida, algunas cosas estaban buenas y otras eran francamente mejorables. En fin, un lugar tachado de nuestra lista de locales para...