Durante nuestras últimas vacaciones, mi familia y yo decidimos aventurarnos a un rincón de Andalucía que ninguno de nosotros había explorado antes: La Iruela, un pequeño pueblo enclavado en la provincia de Jaén. Fue una verdadera joya cultural e histórica que nos sorprendió y maravilló.
El Castillo de la Iruela es un verdadero coloso en las alturas. Nuestra primera parada, como no podía ser de otra manera, fue este majestuoso Castillo de la Iruela. La imponente fortaleza se alza sobre un peñón rocoso, dominando el paisaje circundante con una presencia casi mística. Aunque desgraciadamente el castillo cerraba justo el día de nuestra visita, lo que nos impidió adentrarnos en sus entrañas, el solo hecho de contemplarlo desde fuera fue una experiencia impresionante.
Las vistas desde la base del castillo son absolutamente espectaculares. Desde allí, se puede observar una panorámica que abarca desde el verde profundo de las sierras hasta los campos de olivos que se extienden hasta donde alcanza la vista. Nos quedamos un buen rato simplemente disfrutando del paisaje, que se asemejaba a una pintura viva, llena de colores y matices que cambiaban con la luz del sol.
El castillo, aunque cerrado, despertó en nosotros una gran curiosidad. Su torre del homenaje, visible desde casi cualquier punto del pueblo, nos invitaba a imaginar las historias que guardan sus muros. Nos prometimos a nosotros mismos que volveríamos algún día para explorar sus rincones y aprender más sobre su historia.
Después de nuestra visita al castillo, decidimos recorrer el pueblo de La Iruela, y lo que descubrimos superó todas nuestras expectativas. A primera vista, La Iruela puede parecer un típico pueblo andaluz con sus casas encaladas y calles estrechas, pero basta con adentrarse un poco para descubrir que es mucho más que eso.
Caminando por sus callejuelas empedradas, nos encontramos con rincones llenos de historia y encanto. Cada esquina parecía guardar un secreto, desde antiguas iglesias y ermitas hasta pequeñas plazas donde los lugareños se reunían para charlar. Uno de los aspectos que más nos sorprendió fue la cantidad de detalles arquitectónicos que encontramos en las fachadas de las casas y en los edificios más antiguos, muchos de ellos decorados con azulejos pintados a mano y elementos de forja que hablaban de un pasado rico en cultura y tradición.
En nuestro paseo, también tuvimos la oportunidad de descubrir algunos miradores desde los que se podían apreciar vistas inigualables del paisaje circundante, incluyendo el impresionante mar de olivos y las montañas que se alzan en la distancia. Uno de esos miradores, situado junto a una pequeña ermita, nos ofreció una de las postales más hermosas del viaje, con el sol poniéndose tras las sierras y bañando el pueblo en una luz dorada. Fue una experiencia enriquecedora que nos permitió conectar de manera más profunda con la cultura local y entender mejor la vida en este rincón de Andalucía.
Aunque nuestra visita al Castillo de la Iruela quedó inconclusa, la experiencia global fue inolvidable. El castillo, con su imponente presencia y su historia por descubrir, nos dejó con ganas de volver. Y el pueblo, con sus calles llenas de encanto y su rica herencia cultural, se convirtió en un inesperado paraíso que merece ser...
Read moreCastillo de La Iruela es un ejemplo de castillo roquero que está situado en lo alto de un imponente peñasco desde el que controla un terreno espectacular. Por su situación se trataba de un castillo difícil de conquistar. Sus orígenes parecen ser una pequeña alquería de origen musulmán. En el s. XI se habla de que contaba con una pequeña muralla y fortificación para proteger a los aldeanos.
En 1231 La Iruela es conquistada por el arzobispo de Toledo, don Rodrigo Ximénez de Rada. Los cristianos reforman la fortaleza musulmana. La Iruela pasa a depender de Cazorla por orden del infante Don Sancho, algo que no fue bien visto por sus habitantes. Así en la guerra que se produce entre Pedro I y Enrique II, Cazorla se quedó al lado de Pedro I y La Iruela apoyó a Enrique II que al final fue el ganador. En premio, La Iruela volvió a ser una villa independiente en 1370. Pero no duró mucho puesto que dos meses después el arzobispo retiró el título de villa, volviendo a ser una aldea dependiente de Cazorla. Será en 1378 cuando recupere de nuevo su independencia de la mano de don Pedro Tenorio. Carlos I lo donará a su secretario, Francisco de los Cobos pero el arzobispo de Toledo reclamará de nuevo su propiedad, volviendo a sus manos.
El castillo tiene una pequeña torre del Homenaje de planta cuadrada situada en la parte más alta de la roca. En su interior tiene dos plantas cubiertos con bóveda de cañón apuntada, aunque se conservan restos que indican que había un piso más entre los dos existentes. La torre estaba rodeada por diversos muros de época cristiana que formaban un pequeño alcázar de difícil acceso. En la parte inferior había un aljibe. Se conservan restos de muros y torreones con saeteras. A la misma se accedía a través de una entrada en recodo.
En la parte baja del recinto hay restos de muros fabricados en tapial y mampostería, probablemente eran parte de la alquería primitiva. La puerta de acceso al recinto fue construida más adelante, junto con una torre de piedra. Además se conservan los restos de la Iglesia de Santo Domingo, mandada construir por don Francisco de los Cobos en el siglo XVI. Fue convertido en cementerio de la localidad.
En la actualidad se realizan conciertos y actos culturales en un pequeño teatro construido en la parte baja de...
Read moreBonito castillo y buenas vistas, merece la pena su visita, tambien hay visitas con guía. Para todo tipo de edades , solo que subir a la torre es un poco estrecho. En las cumbres de un contrafuerte de la sierra de Cazorla se agrupa el conjunto ruinas, que incluye los restos del castillo, las murallas y el monasterio. Del castillo, el elemento más destacado es la torre del homenaje, rodeada de muros que apoyan en la roca y que delimitan un pequeño recinto. El segundo recinto está formado por restos de varias torres y muros, todos ellos apoyados en afloramientos rocosos. La entrada, en codo, se hacía a través de una de las torres. Dentro se ubica un amplio aljibe. Debió contar con un tercer recinto que completaba el conjunto.
Historia Los primeros cimientos son de época tardoantigua o inicios de la época islámica. Durante el periodo islámico, La Iruela pasó a ser una alquería o pequeña población rural de las que se extendían por la región. Durante el dominio almohade, en el último tercio del siglo XII, aparecería la aldea islámica al sur del castillo y la construcción y ampliación de las murallas y de la actual fortaleza. El castillo está estructurado en tres niveles. En el primero, la torre del homenaje cristiana (símbolo más característico del recinto), se encuentra en el lugar donde hubo un alcázar musulmán. Los siguientes niveles amurallados, siendo el segundo una plaza de armas donde destaca el aljibe. Dentro del recinto del castillo se ubica la Iglesia de Santo Domingo, que se construyó por orden de Francisco de los Cobos, secretario personal de Carlos V y adelantado de Cazorla en honor al patrón de La Iruela. Existe un debate sobre quién realizó las trazas arquitectónicas de la iglesia, entre Andrés de Vandelvira y Rodrigo de Gibaja, e incluso es posible que trabajaran ambos, ya que hay elementos arquitectónicos usados cada uno en otros edificios. Este edificio sería asaltado e incendiado durante la Guerra de la Independencia el 4 de junio de 1810. Posteriormente la iglesia pasó a ser cementerio municipal hasta 1953. Se encuentra bajo la protección de la Declaración genérica del Decreto de 22 de abril de 1949, y la Ley 16/1985 sobre el Patrimonio Histórico Español. La Iruela fue declarada Conjunto...
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