Un peligro para los niños!!!! Junto a la entrada, rodeando el perímetro del museo por uno de sus lados, hay una valla electrificada para el ganado. Está a tan solo unos pasos de donde se sacan las entradas y de la senda que lleva a la exposición, accesible para cualquier niño, y sin ninguna señal de aviso.
Cuando te quejas a las dos trabajadoras del museo, se excusan diciendo que lo ha puesto el dueño de unas vacas que pastan ahí y que más abajo hay un cartel. Un cartel minúsculo fuera del recinto. ¿De que narices sirve si dentro del recinto no hay ningún tipo de aviso ni precaución?
Un sitio público, frecuentado por familias y niños pequeños (incluidos bebés que empiezan a andar), no puede tener una valla electrificada en el recinto, al lado de la misma entrada. Me da lo mismo si al otro lado hay una finca privada. A este lado hay un museo, un lugar público. Pero lo que ya es de locos que es ni siquiera el peligro esté debidamente señalizado, ni advertido por parte del personal del museo, que, cuando ocurre un accidente, simplemente se encogen de hombros y prometen decírselo al dueño del prau.
Un consejo: si tienes niños pequeños y quieres evitar desgracias ni se te ocurra pisar por allí.
EDITO PARA CONTESTAR A LA RESPUESTA QUE DAN DESDE EL MUSEO: por favor, no intenten dejarnos por idiotas. El cartel está fuera del recinto y es diminuto. Nosotros no tenemos que saber si un soporte amarillo, verde o naranja significa que una valla está electrificada. Ignoro la potencia de la descarga, lo que puedo asegurar es que fue un buen calambrazo. No es de recibo que se escuden en que a las familias les gusta ver pastar a las vacas para justificar una clamorosa falta de seguridad en unas...
Read moreFantástico museo resultado del legado de una familia de emigrantes de la localidad y gestionado con gran esmero y cuidado. El legado de Manuel Sordo y Vicente Pandal te teletransportará a la Asturias del siglo XIX y principios del XX, acompañado por las fantásticas y detalladas explicaciones de las Guías del museo. La vivienda de Manuel y Vicenta fue el resultado del dinero conseguido tras la emigración a Cuba, en 1860, de Manuel donde se dedicó al comercio. La donación en 1993 al pueblo de Porrúa consistió en la casa con tres cuadras y un tendejón, que datan de los siglos XVIII y XIX, y una finca de una hectárea en "el Llacin". En el museo podrás contemplar y admirar la casa con todas las dependencias y los múltiples objetos de época que en ella se encuentran, muchos de los cuales son fruto de donaciones posteriores de diversos particulares. Una visita que merece mucho la pena, muy recomendable y donde el visitante es muy bien atendido. Muchas gracias a las Guías del museo por su...
Read moreThe photography exhibition is excellent. The only thing we found problematic is the lack of information about the photos. It would have helped to have at least a date for each one, and preferrably also a location. In spite of this we really enjoyed It. The advertising of opening...
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