La fortaleza de la Mola es un antiguo complejo militar construido en 1852 con el fin de proteger la bocana del puerto de Maó, construcción que se dilató hasta principios del siglo XX. Esta fortaleza, también, llamada de Isabel II, se encuentra en el punto más oriental de la península, al norte de la ensenada que da acceso al puerto de Maó. Hay un amplio aparcamiento gratuito justo a la entrada de la fortaleza. La entrada general cuesta 8 euros/pax, y se puede alquilar audioguías. La visita se realiza a través de un recorrido que atraviesa por pasadizos, miradores, zonas de defensa y túneles, para lo cual se necesita emplear al menos dos o tres horas de tiempo. Existe la posibilidad de alquilar coches eléctricos, tipo buggy de golf, para aquellas personas con una cierta movilidad reducida o que vayan con niños pequeños. De Mayo a Octubre la fortaleza abre todos los días ininterrumpidamente. A partir de Noviembre conviene ver horarios ya que hay periodos en los que la fortaleza está cerrada. Si la visita se realiza en los meses de verano, es conveniente llevar una gorra o sombrero y alguna botella de agua, ya que, a ciertas horas, hace mucho calor y hay pocas sombras. A lo largo de la historia moderna, Menorca ha sufrido múltiples dominaciones. Los siglos XVIII y XIX fueron extremadamente convulsos en esta isla. En 1713, con el final de la Guerra de Sucesión Española y tras el tratado de Utrecht, Menorca pasa a ser una posesión británica hasta el año 1802 en que, por el tratado de Amiens, vuelve a manos de España. Sin embargo, el siglo XVIII fue un periodo muy agitado en Menorca, ya que la isla cambió de manos en varias ocasiones: de Inglaterra a Francia, España e Inglaterra de nuevo. Debido a todo este convulso periodo y con Inglaterra y Francia en permanente conflicto en el Mediterráneo por la posesión y colonización de diversos territorios en África, es por lo que se decide la construcción de una fortificación en la península de la Mola, que fuera más grande y potente que el derruido castillo de san Felipe, el cual se encontraba en el lado sur de la ensenada. El castillo de san Felipe fue construido en el siglo XVI y destruido por los españoles en 1782, tras la victoria sobre los británicos. A lo largo del siglo XX los avances tecnológicos y militares hicieron que esta fortaleza quedara obsoleta. Así, en los años 30 del pasado siglo XX, se inicia en esta fortaleza el montaje de los enormes cañones Vickers de 381 mm. Se montaron, también, estos cañones en El Ferrol, Cartagena y el estrecho de Gibraltar. En la Mola hay dos cañones que, actualmente, están inutilizados y que son impresionantes de ver por sus dimensiones. Se encuentran situados al final del recorrido. A principios del siglo XX la fortaleza perdió su función defensiva y pasó a ser cuartel militar, prisión y polvorín. En 2007 el Ministerio de Defensa cedió la fortaleza al Govern Balear que es quien gestiona, actualmente, su mantenimiento. La fortaleza está situada en un entorno natural con una especial protección de las aves y otros animales que allí viven. A lo largo del recorrido hay varios miradores desde los que se puede observar la costa este de Menorca y la entrada a la ensenada del puerto de Maó. Merece la pena visitar la fortaleza, un lugar privilegiado con una importante historia y con unas vistas panorámicas fabulosas de los acantilados.