El amanecer en Sierra Nevada fue simplemente mágico. El cielo estaba despejado, pintado de tonos rosados y dorados que anunciaban un día soleado perfecto para el snowboarding. La nieve caída durante la noche había dejado una capa esponjosa y prístina, ideal para deslizarse con suavidad y sentir la adrenalina correr por las venas. Me preparé con entusiasmo, ajustando mi equipo y asegurándome de que todo estuviera listo para aprovechar al máximo este día.
Al llegar a las pistas, el aire fresco y limpio llenó mis pulmones, y el sol brillante reflejaba destellos en la nieve, creando un paisaje casi surrealista. Las montañas se alzaban imponentes a mi alrededor, sus cumbres cubiertas de blanco reluciente bajo el cielo azul. Era uno de esos días en los que todo parece alinearse para crear una experiencia inolvidable.
Comencé con una pista intermedia para calentar, sintiendo cómo la tabla se deslizaba con facilidad sobre la nieve polvo. Cada giro era suave, cada movimiento fluido, como si la montaña y yo estuviéramos en perfecta sincronía. La sensación de libertad era indescriptible, como si volara sobre un mar de algodón.
Después de un par de bajadas, decidí aventurarme a una pista más avanzada. La pendiente era pronunciada, pero la nieve en perfectas condiciones me daba la confianza necesaria para lanzarme. Con cada curva, la adrenalina aumentaba, y el viento silbaba en mis oídos mientras descendía a toda velocidad. La vista desde lo alto era impresionante: el valle se extendía a lo lejos, y el sol iluminaba todo con una claridad que parecía sacada de un sueño.
En un momento, me detuve en una meseta para tomar un respiro y admirar el paisaje. El silencio era absoluto, solo interrumpido por el leve crujido de la nieve bajo mis pies. Respiré hondo, sintiéndome agradecido por estar en ese lugar, en ese momento. Era una de esas experiencias que te recuerdan por qué amas el snowboarding: la combinación de deporte, naturaleza y paz interior.
El resto del día lo pasé explorando diferentes pistas, disfrutando de la variedad que ofrecía Sierra Nevada. Cada bajada era una nueva aventura, una oportunidad para desafiar mis límites y sentirme vivo. Al final de la jornada, con las mejillas sonrosadas por el frío y el cansancio en los músculos, me senté en una terraza a tomar un chocolate caliente. El sol comenzaba a descender, tiñendo el cielo de tonos anaranjados y morados, y supe que este día quedaría grabado en mi memoria para siempre.
Sierra Nevada, con su nieve perfecta y su día despejado y soleado, me había regalado una experiencia única, un recordatorio de la belleza y la emoción que el snowboarding puede ofrecer. Fue, sin duda, un día perfecto en...
Read moreI had a lot of fun snowboarding and it was amazing. Please give Alfonso from the Multiocio a good raise, he’s a great teacher and I learnt lots of new techniques from him. He was also very friendly and kind giving us breaks when we were exhausted, he would also make some funny jokes making the lesson very fun. Tell him that this is a Thank you from the students, and i hope to...
Read moreSierra Nevada is just okay. Snow conditions are often lacking, and weekends get overcrowded. The biggest downside? There’s absolutely no activities besides skiing—no snowmobiles, no driving experiences, mushing, etc The bar lack atmosphere If all you want is to ski, it’s fine, but if you’re looking for a full winter experience, it...
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