Ya que nos hemos interesado por el, merece la pena conocer algo más de la Alcazaba o Castillo de los Condes de Niebla.... A pesar de que algunos cronistas afirman la existencia de una ciudadela romana, que debió estar situada en el lugar que hoy ocupa el castillo, no hay constancia arqueológica de ello. Hay, en cambio, testimonio de una importante edificación de esta época, junto a la Puerta de Sevilla, así como una gran profusión de sillares romanos en los cimientos y esquinales de las torres de la fortaleza y muralla. Niebla poseyó una alcazaba en época musulmana, que es entregada al rey castellano en la rendición de la ciudad en 1262. Posteriormente la villa, y con ella el alcázar, se entrega al señorío de los Guzmán (1367), estos la repararon y reconstruyeron en parte. En los últimos decenios del siglo XV o principios del XVI es cuando se construye el castillo. Don Enrique, cuarto Conde de Niebla y segundo Duque de Medina Sidonia, fue el único representante del linaje de los Guzmán que habitó alguna vez el castillo. Los constructores de este magnífico edificio fueron alarifes mudéjares traídos expresamente para ello; estas personas llegaron a constituir una importante colonia en la ciudad cuyas relaciones fueron reglamentadas mediante ordenanzas en 1493. A fines del siglo XVII o principios del XVIII debió construirse la barbacana norte sobre los restos de la antigua, que estaba ya muy deteriorada en 1615. Todo el recinto, y especialmente la torre del homenaje, sufre enormes daños con el terremoto de Lisboa de 1755. El mariscal Soult, durante la Guerra de la Independencia, repara muros de su cerca y abre troneras en los muros de la barbacana para la artillería, en 1810. Es la última vez que este edificio cumple su función militar. Pero en 1812, antes de su retirada vuela el edificio y lo deja completamente derruido. Desde esta fecha se convierte en un lugar de vivienda de personas marginales, hasta que en 1935 Mrs. E. Wisah intenta desalojarlas de allí, para lo cual construye una barriada. Se construye a finales del siglo XV o principios del XVI. En la década de los 60, el arquitecto D. Rafael Manzano restauró el muro norte del primer recinto que estaba destruido y actuó en el muro del homenaje. También actuó en el patio principal, encontrando la cimentación y la organización de las crujías interiores. Es obra suya también la escalera del patio principal. En los años ochenta se realizaron obras de limpieza y consolidación de parte del castillo por el arquitecto D. Manuel López Vicente. La Escuela Taller de Niebla y el proyecto Arqueológico de Niebla han realizado trabajos de rehabilitación de la zona de la barbacana norte. Está situado en la zona noroccidental del Conjunto Histórico de Niebla, entre las puertas de Sevilla y la del Agujero. El castillo consta de dos recintos. El primero, el castillo propiamente dicho y el segundo, un perímetro defensivo exterior que rodea al edificio interior por completo. El alcázar, en la actualidad, se presenta protegido por diez torres (seis cuadradas y cuatro cilídricas), construidas, al igual que los lienzos de muros, en mampostería con zócalos y aristas de sillería en las esquinas. Cuenta con abundantes troneras características del tipo "cruz y orbe". En su flanco norte, el lienzo del castillo se confunde con el propio recorrido de la muralla que rodea toda la villa, al encontrarse la fortaleza adosada a este recinto murado. El recinto interior consiste en un rectángulo subdividido en otros dos por un muro central prácticamente desaparecido. Uno de ellos sería el patio de armas donde se hallaban las caballerizas y otras dependencias militares. El otro patio es de carácter doméstico y residencial, donde se encuentra la torre del homenaje, que se convertía en el último reducto defensivo en caso de ataque. Esta torre, muy afectada por el terremoto del 2 de noviembre de 1755, es de planta cuadrada. El recinto exterior está constituido por la muralla norte, que se sustituirá...
Read moreEl actual castillo de Niebla fue mandado construir por el segundo duque de Medina Sidonia después de la creación del condado de Niebla. Si bien ha tenido que sufrir varias reconstrucciones, la más importante fue a causa del terremoto de 1755. Este seísmo provocó graves daños en las murallas y en el castillo, fundamentalmente en la torre del Homenaje. Y los franceses, durante la guerra de la Independencia, volaron el edificio cuando se marchaban en retirada en 1812, por lo que hubo de ser reconstruido casi en su totalidad.
Pero si nos retrotraemos en el tiempo y visitamos el castillo con detenimiento, podremos observar elementos arquitectónicos muy antiguos. Tanto que todavía subsisten algunos arcos romanos y vestigios de cuando el castillo fue ocupado por los jefes militares visigodos y, más tarde, por los árabes.
Durante la ocupación árabe, algunas de las dependencias del castillo se revistieron de azulejos de colores, yeserías, cerámicas e inscripciones típicas de dicha cultura. Fue entonces cuando se construyó una magnífica noria para regar los jardines y se decoró el recinto con fuentes de bonitos mosaicos.
Hasta que, en 1262, el rey Alfonso X se hizo con la villa de Niebla. Desde entonces, el castillo ha protagonizado un sinfín de hechos históricos, porque la ciudad fue pasando de mano en mano. Primero, por las de la reina Doña Beatriz, después por las de Pedro I, y más tarde, por los Guzmanes. Hasta que cayó en decadencia en 1368 y los señores dejaron de mostrar interés por tener aquí su residencia.
Con las murallas de Niebla, el castillo de los Guzmanes de esta localidad onubense forma parte de uno de los conjuntos fortificados mejor conservados de Andalucía, por lo que estamos ante una visita imprescindible.
También conocido como castillo de Niebla, a secas, tiene una larguísima historia, por lo que ha ido acumulando, como la mayor parte de los grandes monumentos, elementos de otras culturas. En el caso de esta fortaleza, podemos descubrir restos de su pasado romano, visigodo, árabe… a pesar de que su planta actual data del siglo XV.
De hecho, el edificio está situado en uno de los extremos de la vieja ciudadela andalusí levantada durante la taifa de Niebla. Tiene una planta cuadrada y está estructurada en torno a dos patios centrales que están delimitados por torreones cuadrados. La torre del Homenaje, rematada por almenas defensivas, es la...
Read moreNo merece la pena en absoluto. Hemos salido muy decepcionados. Hemos estado en muchos castillos por toda España, incluso gratuitos, aunque suelen costar 2 euros, pero merecen más la pena porque están mucho mejor cuidados que éste. Aquí la entrada es un timo, 4 euros de entrada general, y cuando ya te ha cobrado, solo entonces te explica que hay varias zonas del castillo que están cerradas por restauración (almenas, con lo que hay vistas que no ves, tampoco había instrumentos de tortura en las mazmorras...) ¡¡Y encima te cobran 4€ por cabeza!! Pero sin duda lo peor ha sido el vigilante, que supongo que habría quedado ya con los amigos o algo, ¡¡¡¡porque a las 17:45 ya nos estaba echando!!!! Y en unos minutos nos hubiera dado tiempo a ver un par de elementos que nos faltaban del castillo. ¡Una auténtica vergüenza! Eso sí, hemos visto como ha cerrado el castillo antes de las 18:00. ¡¡¡Entonces no digan que cierra a las 18:00, sino a las 17:45!!! Un poco de respeto por el visitante que encima les deja dinero por un castillo cuya visita ni vistas vale 4 euros, ¡¡¡si acaso 2, como mucho o gratuito debería ser!!! Las vistas no son nada especiales: techos de casas y dos fábricas, porque el castillo está prácticamente a ras de la carretera. En fin, un timo la visita y pésima atención del vigilante. Mi consejo: ¡¡¡no os gastéis el dinero aquí!!! No merece...
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