Reseña en clave de humor.
Para aquellas personas que como yo ya tengan la cincuentena me veo obligado en daros a conocer mi experiencia de ida y vuelta a esta preciosa playa.
La primera vez desde App Google Maps el desnivel no se percibe un problema. Tu vas bajando desde donde dejes tu coche. Contento y feliz vas a la playa. ¡¡Que bonito es todo, que vistas, que agua, que arena tan "amarillita"!!.¿Has visto esas lanchas?. ¡¡¡Pero si hay barquitos y hasta un yate !!!
Llevo sombrilla al hombro, dos tumbonas de playa, una en cada mano, gafas y sombrero de tejido vegetal, ya que para mí desgracia soy muy blancucho y de piel más delicada que la del camaleón Rango.
La acera y la calzada para bajar a la rotonda están bien asfaltadas y parecen bien transitables. Asi que llego a la nueva escalinata de acceso a la playa "amarilla". Veo alguna madre y padre con carrito y dificultades para bajar con una criatura en brazos. En caso de alguna discapacidad tristemente una vez más, no lo veo adaptado o adecuado. No hay nada que señalice estos inconvenientes. Por suerte ahora no es mi caso.
La escalera ancha y de bajada tampoco es problema. Es reciente y parece bien diseñada. Mi ilusión y energía están a tope. El tamaño de cada escalón se percibe alto, pero como estas bajando tampoco parece tan importante. Tras acabarte la escalera llegas a pie de playa y tras una, dos, tres, cinco zancadas con chanclas de dedo. Mi primera sorpresa.
Esa arena "amarilla" está caliente, ardiente, me estoy quemando los pies y mis dedos - sobre todo los meñiques - en diez segundos me van a explotar como palomitas.
Como voy cuesta abajo, acelero y claro enseguida llego a tierra más mojada y a la orilla.
Me remojo pies y dedos y ni tan mal. Pongo campamento base para tres personas que somos y hasta aquí todo genial. Son las 12:23.
Tras tres zancadas en la arena "amarilla" me hundo y la arena que parece movediza me atrapa por los pies y me quema, me abrasa, me cuece. Parecen brasas y tras un infortunado y torpe traspiés una chancla de dedo me coge mitad de cuarto de arena en la parte de roce entre pulgar y el dedo martillo siguiente que tengo.
En este momento reconozco que pierdo toda la dignidad. Y no se me ocurre otra idea, que como única salida hacer la postura del flamenco a una pata. La sillas en ambas manos y ahueco cañamones. Ojos cerrados y máxima concentración. Mientras como puedo sacudo arena de la chancla del pie el aire. Primero como convulsiones suaves al vacío. Luego con golpecitos sobre mi otra pata flamenca.
Una vez que me he sacudido lo mejor posible la arena abrasante, usaré mis chanclas en modo raqueta como si andase sobre ascuas en la noche de San Juan.Y asi evitar que me entre más arena entre el dedo gordo y el dedo martillo. Es un andar que se ve raro y de poco estilo como si las rodillas estuvieran soldadas.
Voy cuesta arriba claro. Mi mujer y mi hija me siguen. Pero ya nada importa. Algunas personas que bajan la escalera me observan como ando raro - en modo raqueta - y perplejas tras verme hacer el flamenco previamente. Ni me paro, no hay tiempo de explicaciones, ni de sentir vergüenza, ya me entenderán cuando ellos vuelvan a su debido tiempo. La venganza se sirve más tarde en plato frío. Prosigo y tras dos tramos de ocho escalones la vida ya no tiene sentido. La boca me sabe a filete de hígado al punto. Pero no era el hígado es el corazón que lo tengo en la boca. Me paro, inspiró de nuevo, me coloco todo bien y subo mas escalones. Así dos arreones más. En el primero se me aparece una señora con una guadaña. Me saluda y hasta en dos ocasiones evito...
Read moreEs una zona preciosa. Un paraíso al lado en Águilas. Justo en frente del Islote del Fraile. Se accede atravesando una urbanización, estilo resort, bastante desagradable (especulativa la llaman en algunas reseñas) que rompe completamente el paisaje pero te da acceso a una zona habilitada para aparcar el coche y bajar las cosas. No es una playa muy muy amplia, por lo que suele llenar bastante. De hecho, es bastante común que terminen unos encima otros dado que el espacio personal desaparece ante la falta de superficie para que todos puedan poner sus cosas. Recomendable madrugar. Es una zona con mucha posidonia marina por lo que es bastante habitual encontrarte la playa de algas secas. Pero tiene un fondo marino increíble para hacer snorkel. De hecho, cuando la marea está baja, todas las piedras del centro quedan descubiertas y puedes andar por ellas hasta llegar al islote (donde no puedes entrar/pasearte, ya que es zona protegida). HAY CONTENEDORES DE BASURA EN LA ENTRADA/SALIDA DE LA PLAYA. Sorprende lo sucia que está de deshechos y basura generada por la gente. Platos con restos de comida, botellas de cristal de botellones, latas por ahí tiradas, condones... Y no solo la playa, también toda la zona de parking de coches, super triste. Por favor, tira la basura que generes y cuida de este sitio....
Read moreINFORMACIÓN Con acceso a través de la Urbanización El Fraile Resort en la Ctra. de Calabardina y desde el que se disfruta de una estupenda panorámica de la Bahía y de la Isla del Fraile. Abierta al sur y protegida al Levante por la Isla, de la que está separada por un estrecho canal de poco mas de 50 m de ancho y 1,5 m de profundidad, peligroso para el baño los días de temporal. La corriente de Levante predominante, aumenta de intensidad en el estrecho entre la isla y la playa, dando como resultado unas aguas de calidad y transparencia extraordinarias. Durante todo el verano es punto de encuentro de numerosas embarcaciones deportivas. El entorno es muy rico en restos arqueológicos.
CARACTERÍSTICAS Longitud: 150 m Anchura media: 30 m Mar: Mar Mediterráneo Tipo de suelo: Arena media y dorada Grado de ocupación: Medio ACCESOS Tipo de aparcamiento: En calzada Indicaciones: Carretera de Calabardina, km 2. Con acceso a través de la Urbanización El Fraile Resort. SEGURIDAD Teléfono de...
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