El castillo de Torredonjimeno se asienta en el lugar que ocupaba un caserío que, entre los siglos VIII y X, conformaba la alquería árabe que criaba ganadería y cultivaba las ricas tierras regadas por el río Salado.
Entre los siglos XI y las primeras décadas del S XIII, los árabes levantaron un castillo con la intención de proteger a los campesinos y ganaderos de ésta y otras alquerías del entorno de los conflictos internos árabes y del avance de las huestes cristianas, así como para controlar la ruta entre Yayyan (Jaén) y Tuss (Martos).
Tras el pacto de Las Navas de Tolosa en que al-Bayyasi, cedió a Fernando III Martos, y a partir de que, en 1228, Martos se convirtió en cabeza del maestrazgo de Calatrava, Torredonjimeno quedó integrado en el territorio de la Orden de Calatrava y el antiguo castillo árabe experimentó una profunda transformación. Así, en el segundo tercio del siglo XIII, la planta de la fortaleza adquirió forma rectangular; en las esquinas se colocaron torreones circulares de mampostería regular; y el acceso se dispuso a través de una barbacana.
Las razzias llevaba a cabo contra Jaén por el rey nazarí Muhammad V, en 1368, hizo que se reforzaran aún más las defensas de Torredonjimeno. Para acometer esta empresa se levantó un recinto murado exterior que protegiera a la población y se mejoró la seguridad del castillo dotándolo de un callejón interior y construyendo, en el lado este, el más débil defensivamente, un foso, que recibía agua del Salado por una mina subterránea así como un muro colocado en forma de talud.
Hacia 1.369, en pleno etapa fronteriza de esta zona, Torredonjimeno disponía ya de un recinto amurallado que defendía el conjunto de la ciudad y que hoy se puede reconstruir gracias a la pervivencia o recuperación de los nombres históricos de sus calles y plazas: Puerta de Córdoba, Postiguillo, Adarvejos, la Muralla, Puerta de Martos, la Cerca, Puerta de Jaén, etc.
Con estas defensas, pudo Torredonjimeno resistir otra nueva incursión de los ejércitos musulmanes llevada a cabo en el año 1.471. Estos consiguieron en un principio una buena cantidad de bienes y cautivos, entre estos dos hijas del mismo alcaide del Castillo, Diego Fernández de Martos, que fueron llevadas a Granada y que tiempo después serían elevadas a los altares con el nombre de Santas Juana y María.
En 1526, Carlos V autorizó que se demoliesen las murallas de Torredonjimeno y que sus piedras se emplearan en la construcción de la iglesia de la Inmaculada Concepción de Santa María.
Al desaparecer su función militar, la familia Guzmán rehabilitó el castillo como residencia señorial, dotándolo de dos patios y decorándolo con motivos mudéjares vegetales, geométricos y heráldicos. Las torres fueron abandonadas y, empezaron a deteriorarse.
En el S XVIII el duque de Abrantes mandó despiezar piedras de sus torres, almenas y muros para construir dos molinos de aceite y nuevas dependencias para su palacio.
En el último tercio del siglo XX, sus propietarios lo cedieron al municipio y la Escuela Taller asumió su rehabilitación como centro cultural.
El castillo de Torredonjimeno alberga, hoy día, el centro de interpretación del tesoro visigodo que fue hallado en los alrededores del municipio de forma fortuita a principios del siglo XX. Considerado el segundo legado visigodo más importante de la Península después del encontrado en Guarrazar (Toledo), sus piezas originales se encuentran hoy repartidas por varios...
Read moreEs un castillo que desgraciadamente no ofrece en la actualidad el aspecto más completo y esplendoroso que pudo llegar a tener hacia el siglo XV. Se integra en el casco histórico de Torredonjimeno de tal forma que no puede identificarse como un edificio individualizado, no es posible recorrerlo por su periferia ya que un colegio, viviendas, patios y solares están adosados a sus muros, y así es básicamente "invisible" en más de la mitad de su límite exterior.
Es originalmente una fortificación árabe del s. XI que pasa a manos castellanas en el siglo XIII, momento a partir del cual aumenta su extensión, refuerzos y torres hasta que carente ya de sentido defensivo Carlos V inicia uno de los varios desmantelamientos de muros y torres (para aprovechamiento en otras construcciones) que sufrió el castillo a lo largo de los siglos. A esa destrucción colaboró también un terremoto que derruyó su torre del homenaje.
Perdió así carácter de castillo mientras ganaba en relevancia la residencia noble o palaciega inscrita en su interior.
Su abandono lo convirtió en una gran ruína molesta que perduró así hasta las últimas décadas del s.XX, momento en el que se iniciaron una serie de restauraciones sucesivas desde su lado oriental hacia el oeste que van abriendo nuevos espacios a los visitantes.
Actualmente (a fecha de esta reseña) se hallan rehabilitados y visitables u observables un gran patio, una edificación que alberga exposiciones permanentes (Centro de Interpretación del Tesoro Visigodo de Torredonjimeno y Colección de Fósiles) y otras temporales además de otros actos culturales, la casa palaciega (sin una completa restauración), el acceso superior a una torre, parte de un foso defensivo y alguna zona ajardinada además de varios...
Read moreRestos de muralla y poco más, todo restaurado. Lo encontramos gracias a la ayuda de un amable habitante de la localidad que nos guió al mismo. Tras la respuesta de Manuel Hermoso Anguita (cosa que agradezco, sobre todo para salir de mi error en cuanto a mi reseña), utilizo el enlace que me envía (antes de mi visita no pude encontrarlo, y eso que rebusqué) y veo que efectivamente este castillo guarda mucho más. Sin duda, con esta información recibida, volveré a visitarlo porque desde la calle no se ve gran cosa. Ciertamente no llame por teléfono al número que aparece en las oficinas de turismo para concertar visita u horario, me dejé levar por las fotos que me aparecieron (mal hecho por mi parte), pero tampoco disponía de la información que me ha dado. ...
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