Esta casa monacal de concesión real tiene su origen en el ofrecimiento hecho por el monarca navarro García Ramírez para establecerse en sus dominios de Tudela a las monjas cistercienses de la Abadía de Lumen-Dei (Lum Dieu), en Fabas, Diócesis de Comminges, en el Languedoc francés (hoy, en el departamento de Alto Garona). Fue por tanto en Tudela, o en sus próximos aledaños, donde comenzó, en 1147, la vida comunitaria del que se convirtió en el primer monasterio femenino del Císter en tierras españolas y, gracias a las donaciones y privilegios concedidos por príncipes, reyes y papas, en la casa madre de otros cenobios de la orden en el país.
Las monjas de Santa María de la Caridad, hasta entonces conocidas bajo la advocación de Santa María de las Dueñas, se trasladaron entre 1156 y 1157 con realengo de Sancho VI el Sabio a una nueva ubicación unos 11 kilómetros al sur de Tudela, una zona fértil a orillas del río Queiles, cerca de las fronteras con Aragón y Castilla. Fue a partir de esa fecha cuando empezó a construirse el actual edificio, en estilo románico cisterciense. Las primeras décadas de existencia del Monasterio de Tulebras fueron ricas en fundaciones. Así, comenzaron sus andaduras como filiaciones del cenobio navarro los monasterios de Perales (Palencia, 1160), Gradefes (León, 1169), Cañas (La Rioja, 1170), Vallbona de las Monjas (Lérida, 1173), Trasobares (Zaragoza, 1182) y Las Huelgas (Burgos, 1187). Esta última fundación, convertida en cabeza de los monasterios cistercienses femeninos de Castilla por iniciativa del rey Alfonso VIII, arrebató a Tulebras el control de Perales, Gradeles y Cañas.
Compás exterior del Monasterio. Santa María de la Caridad sufrió las consecuencias de emplazarse en un lugar de frontera, tan propenso a la inestabilidad política. En 1378 tropas castellanas destruyeron el pueblo que se había formado a su alrededor y a mediados del siglo XV el Monasterio se encontraba en un estado ruinoso, aunque con vida. La nobleza laica local se arrogó el nombramiento de las abadesas y la normalidad clerical no se restableció hasta mediados del siglo XVI. A lo largo de la Edad Moderna se construyeron nuevas dependencias y se contrataron diversos trabajos artísticos, aunque el Monasterio nunca superó su humildad en cuanto a posesiones materiales y económicas, siendo su importancia sobre todo de índole espiritual e intelectual. Sobrevivió a la Desamortización de Mendizábal de 1835, aunque entonces su archivo fue transferida al Archivo General de Navarra. En 1957 Tulebras abrazó la ramificación Cisterciense de la Estrecha Observancia (OCSO), u Orden de la Trapa. La última fundación en tiempos recientes data de 1990, cuando un grupo de hermanas partieron a Esmeraldas, Ecuador, por petición del obispo de dicha diócesis. Se fundó así, en 1991, el Monasterio de Santa María de la Esperanza.
La comunidad de Santa María de la Caridad de Tulebras, compuesta actualmente por 26 hermanas, elabora dulces, miel y productos de cosmética natural, así como trabajos de artesanía y encuadernación, y regenta una pequeña hospedería. Hace unos años las monjas acometieron personalmente una profunda restauración de las dependencias monacales y del...
Read moreLas monjas proporcionan una gran acogida, la Iglesia es bonita. No es una gran catedral, pero tiene sus curiosidades.
El punto fuerte del monasterio, en cuanto a visitas rápidas, es sin duda el museo. contiene un retablo que tiene detrás mucha historia, especialmente interesante para los conocedores de la Historia de la Iglesia y en teología de Misterio de Dios, o gente interesada en el arte Sacro.
No puedo dejar de mencionar la orfebrería del museo, así como las excavaciones arqueológicas que se están realizando, que ciertamente no carecen de interés.
Si tengo que sacar algún defecto es que en la tienda no tienen los libros de sus grandes maestros como san Bernardo o la Regla de San Benito. Centrándose más en literatura espiritual "actual", perdiendo la oportunidad de ofrecer lo que hay en su tradición con mayor peso. Creo que por espacio pueden ofrecer de sobra la literatura actual y la tradicional. Por lo demás la tienda tiene productos monásticos clásicos, como miel, pastas, pomadas, algunas cruces y medallas, entre otras,...
Read moreMonasterio, ahora cisterciense. Pecado que, por mor de la clausura no se pueda visitar la iglesia en toda su extensión. Sólo se la puede admirar desde la capilla adyacente a la altura del altar y detrás de las rejas que marcan el límite de la clausura. Interesante museo con muestras de pinturas de muy buena factura en lo que fue su retablo barroco de antaño hoy desmontado. También curiosa colección de objetos de plata entre los que destaca uno de los calices de bella factura, unas lámparas de un maestro orfebre de Tudela (siglo XVIII) y un bellísimo pequeño inciensario. El recorrido por aquél, explicado con pasión por una guía, nos conduce a lo que parece que son los restos de una dosis romana del siglo II. La tienda tiene interesantes productos: pastas hechas en el mismo monasterio, vinos, queso, chocolates, mermeladas y cremas hechas en otros monasterios de la orden. Merece la pena pasar. Entrada gratuita. Se apela a la conciencia de cada visitante para dar su...
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