Hotel perote — Hotel in Coahuila

We've stayed here several times over the years, visiting good friends who have they own little casita and vineyard on this hacienda. It keeps getting a little better each time, as the owner Nacho gradually upgrades landscaping, room details, and other amenities around the place. This is basically a working pecan growing operation—many large pecan trees, some probably over 100 years old surround the grounds, along with myriads of little irrigation streams, as everything is fed from water that gravity flows out of caves above the hacienda. There is also a working wine blending operation (wine can be purchased onsite) in an old bodega that in itself is fun to explore. Rooms vary from older basic to more modern with AC. During the summer weekends and over most holidays, rooms fill up quickly, mostly with Mexicans from nearby Monterrey or Torreon. During the week, it reverts back to the quiet, sleepy orchard—a great place to relax with a book. The help is all friendly and the restaurant can generally prepare decent meals. The quaint town of Parras is only a short distance away, either by walking or taxi and has several good restaurants, supermarkets, banks, and other traveler...

El lugar tiene bonitas áreas y al llegar a la entrada rodeada de Nogales, con alberca, restaurante, bodega de vinos, en general bonitos paisajes crees que atinaste en la selección, pero al menos en nuestro caso no fue así.

En general tienen muchos detalles con la capacitación del personal ya que no saben cómo reaccionar ante preguntas o incidentes que se presentan.

En nuestro caso tuvimos muchos de ellos: —La habitación nos la entregaron 1 hora después de la hora oficial de hacer check in( En vez de a las 3 nos la dieron después de las 4) llegamos desde la 1. —Nuestra habitación no tenía toallas y al solicitarle que nos llevaran no lo hicieron(afortunadamente llevábamos algunas toallas de viaje), al siguiente día tuve que ir a recepción a solicitar nuevamente toallas y me dijeron que aun no tenían y me terminaron dando unas toallas de la alberca. —El primer día la regadera no tenía agua fría, solo caliente y estaba muy muy caliente. El último día no tenía agua caliente, bañar a dos niñas pequeñas con agua fría es un problema que no te esperas en un hotel de estos precios. —El último día amanecimos sin electricidad, algunas habitaciones tenían y otras no, nos dijeron que era un problema de CFE. —Aparentemente ocasionado por el problema eléctrico anterior, no había tampoco agua, en ningún lugar ni en las habitaciones ni en las oficinas, ya se imaginarán el problema con los sanitarios —No estoy seguro de que concepto adicional al hotel manejan, pero periten para nuestra sorpresa que los huéspedes hagan carnes asadas a la orilla de la alberca, en nuestro caso no lo hicimos pero tampoco nos causó problema. Sin embargo la basura que dejan en las noches ( latas de cerveza, los asadores, huesos de la carne, etc) estaba aún en la zona de alberca al día siguiente.

Tal vez solo fue muy mala suerte en ese fin de semana, que estaba totalmente lleno por las festividades de vendimias de las vitivinícolas, pero lo más decepcionante fue la poca capacitación que el personal tiene para ya no digamos resolver los diversos incidentes sino para dar una respuesta adecuada y hacerse cargo de los problemas que les reportan de perdido para avisarte qué pasó o si se solucionó, en todos los casos a quien le reportábamos las cosas no lo volvíamos a ver .

Es una pena porque los espacios naturales que tienen están bonitos, el hecho que tengan bodega de vinos y degustaciones le da un buen toque, pero esos y otros aspectos positivos se ven totalmente opacados con la cantidad de problemas que se presentan y...

Muy bonito hotel con instalaciones renovadas pero bajos estandares de sanidad y limpieza en tiempos de covid.

Nuestra habitación estaba en un cluster de habitaciones renovadas muy bonitas, no tenia TV pero si aire acondicionado y ventilador. La habitación se notaba polvosa y con muchos insectos muertos, la cama mal tendida y nos parecieron algo sucias las sabanas pero olían bien, pareciera un mal lavado pero lavado al fin.

Te puedes estacionar muy cerca de las mismas y las de la parte trasera tienen desde el estacionamiento una vista espectacular al valle.

Nos habían dicho que la estancia incluía la visita a la cueva de los murcielagos y llegando nos dijeron que fue un error. Sin problema hasta ahí.

La "guía" que es la recepcionista desde que te atiende, hasta que te lleva a la cueva SIN cubrebocas al igual que algunos otros huespedes y sin exigirlo a los demás, para después despedirse sin mayor información que bridar sobre los murcielagos, siendo que otra gente se mete sin pagar pues es camino libre asi que no entiendo el costo que incluye. Increible espectaculo verlos salir eso si.

Cuando bajamos al restaurante, nos llamó la atención que la mesera no traía cubrebocas, decidimos mejor no comer ahí ya que ninguna tampoco lo usaba. Al acercarnos a la cocina buscando a la mesera para cancelar la orden de bebidas nos dimos cuenta que nadie de las cocineras lo traía puesto tampoco. Creo que ese es un estandar inclusive fuera de pandemia en un hotel 4 estrellas y de 1600 pesos la noche como para no exigirlo al personal en estos tiempos.

Posteriormente fuimos a la recepción para hacer el check-out (el de rececpión tampoco lo usaba aunque se lo puso al ver que nos acercabamos) y estan dando masajes, también sin cubrebocas a un huesped (a pesar de que a la entrada del lobby un letrero lo exige junto con el uso de gel y un tapete sanitizante) Si quieren levantar el negocio del turismo generando confianza, este no es el hotel que lo este buscando, una cosa es un huesped desobediente y otra es que al personal le valga.

Es un bonito hotel pero no lo suficientemente conciente y exigente en su limpieza e higiene como para animar a la gente a sentirse segura, mucho menos saliendo de...