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This place was absolutely stunning. The whole house was decorated in a beautiful medieval castle style. It felt like stepping into another world. Every single detail was so well thought out and full of charm. Our room was super cozy and beautifully decorated. We felt right at home the moment we arrived. The dining room and every corner of the house were just as lovely. We couldn’t stop admiring everything. We were also really happy that our dog was welcome. He was so excited, running around and exploring every little corner. It made the experience even more special for us. We had a great time playing billiards, which was such a fun bonus. David was amazing and super helpful, always thoughtful, and made us feel completely looked after. He also recommended some spectacular places to visit nearby. Hoces del Río Duratón, which was only 15 min from the Airbnb and absolutely breathtaking, and to Sepúlveda. And the food? Just perfect. dinner was delicious, but breakfast was a...
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Vamos por partes en la valoración del restaurante y del alojamiento.
Respecto al restaurante la decoración es muy apropiada para la zona y consigue un espacio muy acogedor.
Si desayunas en este lugar te encontraras con un comedor mal montado para ofrecer desayunos bufett. Todo un laberinto para ir desde tu mesa a las dos mesas donde tienen los productos. El conjunto del desayuno es suficiente. Destacan sus magdalenas recientes. Pero racanean con el embutido; ofreciendo un queso de sándwich, jamón york y cuando apenas queda nadie en el comedor sacan unas lonchas de jamón serrano. El pan disponible para el desayuno es el de molde; sin mas opciones.
Se agradecería que la temperatura fuese mayor en el comedor; así se podría desayunar y comer sin el abrigo puesto.
A nivel de quienes atienden el comedor roza el “nivel iniciación” No se puede tener a los clientes esperando fuera del comedor mas de 10 minutos para preparar dos mesas de un par de comensales.
En la comida se repite la disposición del comedor. Para ir a la mesa se lo han planteado como una prueba de obstáculos……….muy acertado para una empresa de aventuras; pero no para un comedor. Una vez sentado a la mesa destacar positivamente la vajilla, la cubertería y la manteleria.
En lo que se refiere a la oferta de la carta se queda corta. Si añadimos que muchas de las cosas no quedan y otras ha de consultar en cocina su disponibilidad. Para terminar diciendo que hoy, no hay…… Eso si; disponibilidad absoluta desde la cocina. !hacemos lo que quieran fuera de carta!
¿Pero como se puede decir eso si no dispones de lo que hay en la carta?
Para terminar con el apartado “restaurante”. El tener dos perros por la cocina y que uno de ellos este “mendigando” a la clientela por el comedor es algo que no me parece ni medio normal.
Respecto al alojamiento. Destaca la magnifica situación, para conocer los lugares que hay cerca. El mas cercano las Hoces del Duratón.
Las habitaciones tienen una decoración original, siendo las habitaciones dobles muy propicias para parejas que busquen un alojamiento acogedor.
El que las habitaciones dispongan de chimenea suman puntos. Pero que se tenga en cuenta que el encendido de la misma y la leña se cobra a parte.
La cama de matrimonio es amplia, un poco blanda para mi gusto y la almohada baja. Lo que no impide que se pueda descansar plácidamente.
El baño es de buen tamaño, se dispone de artículos de aseo gratuitos.
No se puede regular la temperatura desde la habitación. Lo que no impide para que la temperatura sea adecuada.
La televisión es diminuta y no es plana; puede que forme parte de la decoración.
El edificio hay que resaltar que es muy bonito; está decorado con mucho gusto y bien diseñado.
Dispone de un gran patio con una terraza superior donde poder disfrutar de las vistas; sin molestar al personal alojado.
Dispone de un pequeño bar con una barra un poco alta.
Precio alto para lo...
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My recent stay at Hotel Rural El Cañón del Duratón in Villaseca de Sepúlveda was a truly memorable escape, full of rustic charm and warm hospitality. Overlooking the breathtaking Duratón Canyon, the hotel offers a peaceful and scenic retreat, perfect for unwinding in nature. The room was cozy, comfortable bedding, and a spotless ensuite featuring quality toiletries and a great shower. The shared spaces, including a games room, garden, and terrace, added to the relaxed, homey atmosphere. We especially appreciated the hotel’s dog-friendly approach. Breakfast was a highlight, with a generous buffet of fresh pastries, fruit, and local touches. Dinner, served in the garden on warm evenings, was delicious, authentic, home-cooked. A special thanks to the host, who was friendly, attentive, and genuinely cared about our experience. We felt welcomed from the moment we arrived. We’d...
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