Such an unexpected piece of heaven. Every detail in this little Hotel has been carefully curated. The staff I dealt with, two young girls, one at reception and one for dining, were an absolute delight. Best service I have had while in Spain. Professional! But most of all kind and helpful. I had a tough day getting there and spending a night here really filled all my senses with its beauty and history and delicious wine and food....
Read moreFantástica estancia en el Mirador de Deyo.
Nuestra experiencia en el Mirador de Deyo fue simplemente excepcional. Las habitaciones son espectaculares, decoradas con un gusto exquisito y cuidando hasta el más mínimo detalle: desde las toallas y los colchones hasta los cuadros, todo transmite una sensación de elegancia y confort. Las zonas comunes no se quedan atrás: la buhardilla, el spa y la piscina son espacios diseñados para el disfrute y la relajación.
Además, las vistas desde cualquier rincón del hotel son impresionantes, convirtiéndolo en un lugar ideal para quienes buscan tranquilidad y comodidad.
El restaurante fue, sin duda, uno de los grandes protagonistas de nuestra estancia. La cocina de autor nos dejó sin palabras: platos de altísima calidad, con presentaciones cuidadas al detalle. Tuvimos el privilegio de contar con la presencia del chef David Yarnoz, lo que hizo la experiencia aún más especial. Recomiendo especialmente las cigalas, así como la carne y el pescado a la brasa. Todo, sencillamente, maravilloso.
Sin duda uno de los sitios que merece la pena en tu...
Read moreDesconozco el hotel, aunque su aspecto es muy bueno, pero puedo dar una opinión válida del restaurante. No probé todos los platos, aunque certifico que tanto las verduras a la brasa como el changurro los hizo un artista de la cocina, no un buen cocinero sin más sino alguien con conceptos elevados de la combinación de colores, sabores, aromas… ¿Qué decir del chuletón de vaca vieja?; rayaba la perfección, incluso en la cantidad y calidad de la sal, aspecto colateral en muchos restaurantes de calidad. Y llegamos al Paris Brest, al decir de mi esposa como un petit choux riquísimo y en mi opinión como un grand choux, o al Creme Brulée: magnífica la hoja de menta o el helado, pero no recuerdo haber probado nunca una capa tan fina de ‘brulé’ y tan poco enemiga de la dentadura. Se agradece que puedas regar la comida con copas de vino, sin necesidad de consumir una botella entera. En nuestro caso nos presentaron una excelente garnacha (aún no vieja) de la zona. Es un sitio para seguir recorriendo la carta. ¡Además! dirige la cocina quien ganó las dos últimas estrellas...
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