Le Four Azcuenaga — Restaurant in Buenos Aires

Estábamos por la zona y decidimos visitar este resto que nos habían recomendado bastante. El resultado fue agridulce.

Pedimos causa y sopa de cebollas de entrada. La causa estaba sabrosa, se notaba la materia prima de buena calidad; la sopa de cebolla era normalita, poco que decir. Tal vez sea un plato que tenga un techo bastante bajo como para hacer una propuesta sofisicada. De primeros, una lasagna de berenjenas y un cassoulet. La lasagna es el único plato no cárnico que hay en el menú de principal, salió tarde y saladisimo. Puedo estar equivocado, en cuyo caso tal vez haya dos. El cassoulet muy discreto de sabor y tibio. No pedimos postre.

El servicio estuvo bien. Amable. Pero evidentemente hubo un problema en la cocina porque desde que pedimos el primer plato (junto con la entrada) hasta que lo trajeron tardaron una hora y media. Porque no pedimos postre? Con los antecedentes de ese día lo iban a traer dos horas después. La panera no la trajeron nunca. La tuvimos que pedir después de una hora de esperar el principal. Al final, nobleza obliga, nos dieron una copa de un espumante de cortesía por las demoras.

El ambiente es lindo, rústico pero cálido. Tal vez lo mejor del lugar. Justo el 14 de julio se celebra un día patrio francés y había música en vivo, una mujer que rotaba por el lugar tocando su acordeón. Muy pintoresco y agradable pero hacía que la gente tenga que gritar para hablar. Poco lograda la propuesta.

En general, la relación precio calidad me pareció muy desproporcionada y considerando que el lugar está a una hora y media de capital es muy poco probable que regresemos. Tal vez hoy fue solo un mal día y nos toco a nosotros. Si lo normal es hoy, hay muchísimas...

Fuimos especialmente a almorzar por el Día del Padre un domingo.

Desde ya la mesa pegada a la puerta era una incomodidad con dos menores, no teníamos margen ni para cruzar las piernas, tuvimos que ir corriendo las mesas cuando se desocupó un poco el salón…

Pedimos la comida a las 13:15, ofrecieron traer antes los platos de las niñas y nos dijeron que enseguida saldrían los nuestros después.

Los fideos de las chicas estaban recalentados con una salsa que no tenía ni pinta ni sabor.

Nuestros platos llegaron a las 14:45, UNA HORA Y MEDIA después. Mientras preguntábamos nadie sabia darnos una respuesta y solo decían nerviosos "ya salen".

Cuando finalmente llegaron los platos, el plato de mi marido estaba CONGELADO y no me refiero a frio, sino congelado de que lo sacaron del freezer y no lo cocinaron bien (eran pastas rellenas).

Lo devolvimos y volvió frío el relleno por dentro. Un desastre…

Ya a esa altura se pueden imaginar que ni hambre teníamos, además del mal humor por estar pasándola mal en un lugar que uno va a pasarla bien y comer rico.

Nos ofrecieron como compensación los postres de cortesía pero trabajando en servicio deberían entender que si uno está teniendo una pésima experiencia en su restaurante no quiere seguir estando ahí y mucho menos seguir comiendo.

Cuando pedimos la cuenta tardaron TREINTA minutos literalmente en traerla y no hicieron ninguna atención en el valor (lo mínimo que se puede hacer ante una pésima experiencia)

Es una pena, es la primera vez que me tomo el trabajo de dejar este tipo de review ya que no me pasó en ningún lugar ni de Buenos Aires ni del exterior.

Intentamos tener una mejor respuesta y solución personalmente y no...

No tengo palabras para expresar lo que viví en este lugar. El sábado fuimos con mi familia por el cumpleaños de mi mamá y solo puedo decir WOW. Fue un día de calor extremo y no solo cubrieron todas nuestras necesidades, sino que todo siempre fue con calidez, amabilidad y buena predisposición. Empiezo a listar cosa por cosa del porqué los recomiendo un 1000%. Es pet friendly con todas las letras, caimos con 3 perritos y los atendieron como si fuesen comensales también. Les trajeron agua con hielo todo el tiempo para que se mantuvieran hidratados. El lugar y la decoración nos parecieron de otro mundo. Está puesto con todo el buen gusto. Estaban preparados para las altas temperaturas ya que tenían ventiladores con rociadores que reponían todo el tiempo para mantenernos frescos. Reservamos una mesa grande en el patio y como daba mucho sol, nos cambiaron a una que tenia sombrillas para resguardarnos del sol La atención en todo momento fue insuperable ya que estaban muy atentos todo el tiempo de nosotros La comida es del más allá y vale cada centavo que pagamos Tuvimos la suerte de conocer al dueño y chef (nativo de Francia) del restaurante quien se acercó a nuestra mesa a verificar que todo estuviera bien. Más allá de ser un gran profesional, fue muy amable y agradable en su trato. Finalmente llegó la hora del postre donde nos permitieron llevar nuestra propia torta y no solo se acercaron a cantar feliz cumpleaños, sino que le agregaron flores de adorno a la torta como detalle de ellos.

Felicito al dueño y su personal, todo excepcional y agradecida por esta experiencia que nos hicieron vivir. Sin...