Carrero — Restaurant in Junín

#junin #carrero

Ya se que el combustible esta caro. Y que los peajes. Y que si estornuda Caputo todo puede irse al carajo. Y que es difícil salir de casa porque hace frío o porque llovizna. Y que si suspiras (y ya estoy siendo sutil) el banco ya te débito alguna parte pudenda del cuerpo (sigo siendo sutil). Y que birbiri biribiri. Pero Junin no es tan lejos, es todo por ruta (la 7) y quizá si se juntan 4 en un auto y comparten gastos hay un par de sorpresas que valen la pena. Más que la pena, valen el viaje, valen la vida. Y si pueden se me quedan una noche y toman alguna de las reseñas que subí hace un año y disfrutan de Seresi y de tantos otros lugares que hay por esos lares o buscando nuevos y hacen nuevas reseñas.

Queda todavía el fin de semana largo por delante porque mañana aún es viernes y una buena opción de viaje corto y de visita gastronómica es acercarse a esta ciudad llena de restaurantes, cafeterías y pueblos de los alrededores por no decir que la ruta del queso gouda está a sólo 50 kilómetros para el costado (y también hay dos productores de alfajores que ni les cuento, entre otras tantas más cosas). En una esquina que ya tiene historia esta Carrero, el restaurante de los hermanos Castro. Los dos son gastronómicos, uno tuvo un largo camino hasta llegar a la cocina, el otro trabajó junto a Mallman por 14 años (por lo que entendimos). Nos tocó que nos atienda Gonzalo, uno de los dos dueños, Guido estaba en la cocina. El restaurante es amplio, luminoso, minimalista y sobrio pero cálido a la vez. El servicio es una bandeja con pan y aceite Laur para degustar. Estuvimos un rato debatiendo que entrada compartir y nos decidimos por la morcilla, que más allá no es lo que prefiero, me llamaba la atención la combinación y a Mejoresnada le encanta. Morcilla/huevo/achicoria/queso y pasar el pan por el plato para que quede nada más que guardarlo, casi que le paso la lengua, así nomas, de niña que soy. (Me falto foto de este plato 😭). Me enteré por Gonzalo que el pejerrey abunda en la zona y elegí la pesca del día: volvería a repetirlo y que las papas me las preparen por dos kilos y me las llevo en una bandeja. La ensalada fresca es un hallazgo porque no era un colchón de hojas verdes sino todo lo contrario, casi como correr al fondo de casa y arrancar algo de eso que la naturaleza deja que crezca sabiamente donde debe. Señor pidió polenta grillada y fue feliz recordandose ya no tan chico con la tía abuela comiendo cuando la visitaba los fines de semana. Mientras leíamos el menú antes de hacer el pedido habíamos visto que había helado de sambayon: hete aquí el problema, ninguno de los dos lo toma como una opción cada vez que tomamos helado... hasta hoy/aca/ahora y fue la mejor opción Un helado de sambayon con garrapiñadas de semillas de girasol (deberían venderlas en frascos) y sutiles restos de chocolate por acá y por allá para cada uno. Esta vez no se comparte. Yo gin-tonic, el gaseosa. Café illy. Todo 35K más propina. Si, leyó bien, todo 35K.

Tienen también una pequeña cafetería a unas cuantas cuadras que ya conoceremos.

Vayan, háganme caso. Dejen la ruta 2 para otro día, Junin es más cerca.

P.d.(me llama poderosamente la atención que de esa zona casi no hay reseñas en el grupo, ni de restaurantes, ni de los quesos gouda ni de nada, no se si es porque no escriben de vagos nomas o solo que no eligen ir para...

Una gran experiencia culinaria! Fuimos a cenar en familia, 5 personas. El lugar tiene una ambientación minimalista y muy cálida. Música acorde, ventanas amplias e iluminación justa. La atención es, sin lugar a dudas, un 10. Muy buena predisposición para acompañarte a lo largo de toda la cena, nos sentimos muy bien, tenidos en cuenta. La comida está en un gran nivel, pedimos entrada, platos principales y postre. Fue una combinación interesante de sabores. Atención: es cocina de autor, significa que el chef piensa platos pero más que nada piensa experiencias sensoriales, en dónde puedas experimentar esa combinación de sabores que quiere compartir con vos. Abrite a la experiencia. Si vas pensando que encontrarás platos tradicionales, no es el lugar. Si vas a experimentar algo diferente en Junin, dale para adelante. Gran, gran...

Lo único a destacar es la atención del camarero que varias veces se acercó a nosotros. Pedimos milanesas las cuales estaban todas quemadas y porciones muy chicas cuando la cobran casi 20 mil, para acompañar venían con dos porciones de milhojas de papas súper chicas, el pollo de lo más normal del mundo. No me importa pagar para comer bien, pero la comida fue un total desastre. A destacar los tragos. La relación entre el precio/calidad no van acorde. Tratar de ir cuando no hace calor porque no tienen ventiladores ni aire acondicionado, al menos cuando fuimos nosotros no estaba nada encendido y pasamos...