Cava Federal Bar de Vinos — Restaurant in Mar del Plata

Llegamos y no figurábamos en el listado de reservas, cuando en realidad, habíamos hecho la reserva un día antes. Nos sentaron en una mesa con banquetas de hierro, cuyo asiento estaba vencido hacia un lateral. Al querer cambiarla por una silla de una mesa contigua, me lo impidieron. En ese momento fuimos relocalizados en otra mesa, dado que nos habían ubicado en una mesa ya comprometida a causa de la confusión en la reserva. Por fin pudimos disponernos a buscar en la carta de vinos lo que buscábamos. No encontramos en la carta de vinos (mediocre y plagada sólo con vinos de marketing masivo) ningún orgánico. Consultado el sommelier por oferta de vinos orgánicos, nos terminó ofreciendo un vino que no conocíamos,como si fuese orgánico, que resultó no serlo. Además, por no encontralo en la carta, consultamos si tenían en cava algún GSM, que para nuestra decepción, no sólo no estaba en la oferta, sino ni siquiera en el registro del sommelier. La camarera, estuvo toda la noche sin lograr entender que siendo alérgico a los lácteos, necesitaba saber si los platos contenían alguna variante de los mismos, ofreciéndome platos con crema, leche condensada y dulce de leche toda la noche. Fuí rescatado por el sommelier que tuvo el gesto de consultar al chef y me advirtió que el plato del día estaba elaborado con crema y manteca. De entrada pedimos un lomo con salsa teriyaki acompañado de papas al natural según la carta, que terminó en lomo con ensalada rusa, que parecía contener queso crema. Consultado el camarero, aseguró que las papas sólo tenían mayonesa, cuando en realidad era una salsa de queso crema y mayonesa. La carta no coincide con los platos, hay ingredientes no explicitados, los camareros no conocen la oferta ni pueden asesorar, los platos llegaron con poca temperatura. Una experiencia inolvidable que me recordará por siempre...

Vinimos a este sitio porque nos lo habían recomendado y lamentablemente resultó ser una desilusión. Aunque el ambiente es bueno (música, iluminación, mobiliario), el servicio MUY malo y caro para lo que es.

No conocíamos el sistema, pero nadie nos lo explicó. Tuvimos que preguntar. Tampoco se ofrecieron a asesorarnos en la elección del vino. Práctica muy habitual en cualquier bar de vinos.

Pedimos una empanada para acompañar los vinos. Pasaron más de 25' en los que nos terminamos la primera y la segunda copa de vino sin comida. Tampoco nos pusieron nada para picar (nada de nada). Otra práctica también habitual en la industria.

En la mesa de al lado se sentó quien parecía ser el dueño, ya que estaba probando y evaluando platos. Él si llegó a comer. Y se le escuchaba criticar negativamente la comida, por lo que nos desanimó a pedir algo. También le dió de probar a los camareros. Los únicos que no llegamos a probar bocado fuimos nosotros.

Tras casi media hora de espera llámala a la camarera para preguntarle por la empanada. Nos dijo que la habían quemado y que estaban preparando otra. Le dijimos que como ya nos habíamos terminado los vinos y teníamos una reserva en otro sitio teníamos que marchar. Que la cancelara y nos trajera la cuenta. 10 minutos después, nos trajo la empanada de todos modos y para colmo se la veía casi cruda. Una vez más, la práctica común cuando hay un error en cocina, es tener un detalle con el cliente. Tampoco ocurrió.

En definitiva, aún tienen mucho que aprender en lo que respecta a llevar un bar de vinos.

Había 5 camareros y solo 3 mesas con clientes. Aún así, tuvimos que estar buscando y llamando a la camarera que no pasó por la mesa en ninguna ocasión, ni cuando estuvimos listos para pedir, ni cuando se nos vació la copa, ni cuando necesitábamos la cuenta.

Una pena y...

la verdad es que teníamos reserva y nos nos ubicaron, nos hicieron subir y nos ofrecieron la barra o abajo, Nerea ( aparentemente la encargada de ubicarnos, con muy mala predisposición)nos dejó y se puso a atender a otras personas, por lo que nos acomodamos en una mesa compartida, pero cuando nos acomodamos se acercó para decirnos que ahí no podíamos que había una reserva de 7 personas, ( solo se sentaron 3, misma cantidad de comensales que nosotros, aparentemente amigos del dueño) así que nuevamente tuvimos que movernos. Gonzalo el camarero que nos toco fue amable y se disculpó cada vez por la tardanza ( esperamos más de 1 hora la comida, que constaba en una tortilla, unas rabas y una porción de mollejas ). Justin, supuestamente uno de los dueños chocó mi silla 3 veces sin siquiera disculparse, y cuando les pedí que tenga cuidado su excusa fue “ estoy trabajando”. Tienen buena carta de vinos, los platos no están mal, tampoco son guau ( la tortilla llegó fría a la mesa y las rabas estaban duras). Comentamos esto y lo tuvimos ninguna atención por la mala experiencia. No recomiendo el lugar, ya que empezando por el “dueño”, Justin, el servicio deja mucho que desear . Lo único que destaco es la atención de Gonzalo quien nos comentó que estaban desbordados, evidentemente no hay previsión por parte del...