Pizzería y Cervecería Arias — Restaurant in Martínez

Di con esta pizzería por casualidad. Resulta que hace unos años, un amigo me sugirió ir luego de que su hermana le recomendara este lugar. Un día fuimos, y nunca más dejamos de hacerlo. La relación calidad-precio, el ambiente, el trato, realmente no tiene competencia en la zona. Es mi espacio predilecto de disfrute gastronómico en el barrio, sin dudas. Recomendé e invité a conocer esta joya a bastante gente, y lo seguiré haciendo. Además, tiene una historia muy interesante, lo cual hace todavía más bella la experiencia. Ojalá mi pequeño aporte sume para que este lugar del bien siga existiendo como tal. Es un patrimonio de Martínez, es una fija de excelencia. Y aunque dudo que lo logren, les deseo que sean tan felices como yo, cada vez que me toca...

Pedimos varias veces, la atención es buena, pedimos las 4 primeras veces y fue todo excelente (atenxión telefonica del personal, tiempo de espera, precio, calidad, entre otros factores). La quinta vez que pedimos,habían aumentado bruscamente (no fue ese punto tan malo), el delivery tardó 2 (dos horas) y de las dos pizzas que habíamos pedido, llegó 1 pizza quemada (fue la fugazeta rellena), la otra llegó perfecto. Llamamos para ver que había pasado con la pizza y sin cargo nos enviaron otra sin cargo, que estaba quemada pero no tanto. La verdad una vergüenza lo de las pizzas quemadas. No voy a volver, no lo recomiendo. Las veces que fui presencialmente al local no me dieron las pizzas como el delivery, las cervezas son buenas. No...

Una pizza muy rica, en el local te atienden muy bien. Pero, pedí para retirar dos pizzas sin orégano, fui caminando, cuando puse las pizzas en la mesa una tenía orégano. Llamo al local, les digo y me dijeron que no toque la pizza, mí familia ya había agarrado una porción, la chica me dice "deja". Me pide la dirección de mí casa, me mandan una pizza sin orégano, del sabor que quería comer, todo, me pide la pizza que mí familia ya se había comido, cómo no la tenia se llevaron la pizza 👍 Pensé que había encontrado una joyita, pero...