Tras cartón Bodegon — Restaurant in Matheu

Fui por segunda vez. La primera vez. Todo fue muy bien. Cómo era 29 pedimos gnoquis. Muy abundante, precio acorde. Si pedía entrada o postre, los platos se podían compartir. La atención de los chicos del patio exterior, excelente. El ambiente muy bueno hasta que llegó un grupo de 7 personas que lo tornaron imposible. Por suerte ya había cenado y estábamos por irnos.

Pero......

La segunda vez, todo lo que había sido bueno, se transformo en malo. Pedí mollejas al verdeo. Trajeron mollejas con grasa, el sabor era asqueroso, el verdeo eran hojas flotando en crema. Lo devolví al plato y comparti con mí familia la milanesa cargadisima que habían pedido ellos. Una mosca no dejo de molestar toda la comida, asqueroso. No paraban de dejar la puerta abierta, nos reservaron la mesa al lado de la puerta y estaba fresca la noche para pasar frío cenando. Cuando terminamos, los mozos habían desaparecido. Tuve que ir a la caja a pedir la cuenta, pagar en el mostrador. Por suerte no me hicieron levantar la mesa. NO COBRARON EL PLATO QUE DEVOLVI, LO CUAL ME PARECIÓ MUY BIEN. En ningún momento me queje, solo cuando vino la moza a preguntarme porqué había devuelto el plato -ahi le dije que las mollejas eran pura grasa y el verdeo flotaba en crema, no era lo que pedí. Espero que las cosas sean siempre como la primera vez que fui. Una lástima porque tenía al lugar digno de recomendar, hoy...

Reserva previa y tienen que ser puntuales, los 5 minutos de tolerancia que piden, los cumplen y te borran la reserva, lo vimos. Esto tiene sentido porque el lugar se llena y necesitan mesas libres. Comimos por $55.000. No cobran servicio de mesa. Te reciben con una entrada, en el caso nuestro, fueron aceitunas negras, guiso de lentejas(frío) y tomates cherry saltados con ajo(todo rico); aplauso aparte para el pan y la dos chipas que vienen también en la panera. Matambre a la pizza con papas fritas. Una gaseosa light de litro y una porción de cheesecake. La atención y el lugar están más que bien, super amables en el servicio y los platos salen rápido. La mesa en la que nos ubicamos tenía vista a la cocina y es enorme. En cuanto a los platos: la porción está bien, pero creo que es la más chica de la carta, todos los platos que vimos pasar eran imposibles de terminar para una persona, eran para compartir; pienso que todo debería tener el mismo tamaño porque en cuanto a rangos de precios, son similares. Lo mismo sucedió con la porción de cheesecake, en comparación con las porciones que veías pasar, era evidentemente más chica. Por último, la comida vino tibia, a mí me gusta a esa temperatura pero cuando mandamos a calentar el otro plato, lo trajeron muy rápido y sacado del infierno. Volvería, pero a probar...

Soy vegetariana, y casi no hay opciones para vegetarianos. No sólo eso si no que cuando pedí los ravioles de verdura me trajeron de pollo y verdura. Deberían tener más cuidado con esas cosas. La culpa es de todos; tanto de la cocina por no sacar el plato correspondiente, pero también de la camarera por no darse cuenta visualmente cuando le entregaron el plato, ya que los ravioles son de distinto color. Los camareros tienen que conocer los platos al igual que la cocina para que no pasen estan cosas. Lo mejor de la carta son los postres, que ninguno falla. A veces voy solo a comprar eso. Buena relación precio-calidad. El lugar es medio chico y las mesas están muy juntas entre sí, es incómodo pasar porque además siempre está lleno y hay un barullo tremendo. En fin, igualmente la atención de las chicas es...