Calificar con una estrella a este restaurante, es regalar una estrella sin lugar a dudas. Ni eso se merecen!!
Veraneo todos los años en Miramar la ciudad de los niños, desde que tengo uso de razón y nunca había recibido un trato tan ofensivo en un restaurante como el de ayer. Este año tuvimos la gran oportunidad de viajar con la familia completa, 12 personas. Planeamos en el día ir a comer a este sitio, nos organizamos, nos preparamos, y ahí fuimos... nunca me hubiera imaginado que en la puerta nos íbamos a encontrar con un muchacho tan mal educado. 12 personas con ganas de cenar y pasar un lindo momento en familia tirados por la ventana.
Al llegar, este muchacho con muy mala preparación y cero predisposición, nos dice que no tienen mesas para 12 personas. Visualizando el lugar, es cierto, pero con buena predisposición se hubiera resuelto. Vimos dos mesas de 6 y pensamos que sería una buena posibilidad, pero inmediatamente nos dijo que en una de esas mesas cenaría la dueña del lugar... primer intento... Luego le solicitamos otras mesas y muy a desgano se dirigió hacia otro sector del lugar. Las que nos ofreció eran mas separadas a lo que casi no nos oponemos y hasta un comensal ya se había sentado, pero el muchacho inexperto y creído a Metre de un restaurante de Champs-Élysées, nos dijo que los menores no podrían permanecer solos en una mesa, que deberían estar acompañados de adultos... esos menores ni siquiera habían abierto la boca hasta ese momento. Si este lugar tiene un código de etiqueta o bien, no es un lugar apto para ingresar con menores de edad, debería informarlo. He cenado en este lugar muchas veces y nunca había pasado. Esto fue una invitación a que nos vayamos y no conforme con eso, mientras nos íbamos este proyecto de Metre del 5to mundo, no tuvo mejor idea que decirnos que a la vuelta había un restaurante al cual podíamos ir, que ahi si nos aceptarían...
De mas está decir que nunca mas volveré a pisar El Pescador Romano da Silvana y todos mis comentarios y recomendaciones serán negativos para este lugar... todo lo contrario para El Pescador Romano Da Lucia donde si nos atendieron amablemente, nos acomodaron a todos juntos, nos sirvieron la cena 10 puntos y estuvieron atentos a cada detalle que los 12 comensales requirió y cenamos muy...
Read moreNo encontré en buenos Aires un restaurante mejor q éste. Cocina a la vista con un nivel de equipamiento, pulcritud y perfección de procesos increíble. La dueña, Silvana está certificada en Bocouse Francia, aunq la carta no es de comida francesa sino la de un buen restaurante argentino de pescados y mariscos aunq tradicional, también moderno. ( hay platos sin frutos de mar también, perooooo...... ¿A qué va uno a un lugar así? Ja ja. Salón con boxes de madera y cristal que siempre parecen recién estrenados. Mantelería impecable. Personal de salón impecable. Tiempos de atención, ya no tengo adjetivos. :) Precios realmente bajos para el nivel del servicio y el producto. Probé: Parrillada de mariscos, es para dos incluye pulpo 🐙, etc etc. 10 puntos. Los canelones de salmón no fueron mi opción pero ante insistencia de los q saben, me animé, 11 siiii ONCE puntos!. Langostinos a la plancha , buenísimos. La carta de vinos es buena y con precios más bajos que los de buenos Aires. Postres, perfectos! Un párrafo aparte para el chico de recepción, no tenía más de veinte años, traje impecable y un trato tan amable y profesional con el cliente que parecía traido de otro mundo. Último dato, son los dueños de la pescadería grande de toda la vida de Miramar, El Pescador Romano, en la calidad de materia prima corren con ventaja, ¡...
Read moreLenguado a la manteca negra con papas al natural. Suave, con el exacto encanto de la manteca negra. Las papas equilibran sin opacar. Spaghetti allá catanese (Sicilia). Pasta al dente con el aroma de la albahaca mediterránea. Sencillo plato, perfecto en su sencillez. Con el toque de berenjenas de Montalbano. Strudel con helado de crema. Finas capas de masa y de manzana. Alguna pasa amenizando. Lo único objetable (se puede solucionar): el helado levemente cristalizado. Pana cotta con frutillas maceradas: punto sublime en la carta de postres. Una botella de vino, una de agua. Dos cafés Cabrales bien hechos. Atención perfecta. Profesional. Salimos en una hora. Boxes de madera coronados de cristales, ideales para épocas de pandemia. Ambiente cálido y prolijo. No se comparten las porciones (¿en qué restaurante de categoría se pediría tal cosa?) Lo digo porque hubo críticas en ese sentido. No es una cantina. Es el restaurante más distinguido de Miramar. Y se come muy bien. ¿Qué más? Gastamos $ 6100. Pero comparando con el servicio en la carpa, de una fuente de rabas y papas, una lata de cerveza y un agua, con tenedores de plástico, muertos de calor y con arena en los dientes, por el que abonamos $ 3650, me quedo con esta...
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