Hacia tiempo, tenía ganas de conocer este espacio, vi muchas publicaciones en las Redes Sociales, pero como pasa habitualmente, no todo lo que brilla en las redes es oro. Partamos del echo que al llegar lo primero que te pone ya de mala onda, son los famosos "Naranjitas" que un poco más se te cuelgan del auto. Ni hablar que mínimo te quieren cobrar $1000 por el espacio del Parque Sarmiento, que es totalmente público. Santa Calma, es una estructura de hierro adornada con luces, un quincho por decirlo así. Espacios dentro de todo confortables. Buena música. No fui al baño, no puedo opinar si están adecuados. Las mesas muy chicas para pedir algo con tabla como fue el caso en cuestión. El personal bien, pero deben decirles que no tienen que utilizar términos como "mi amor, cielo, dulzura, etc" con los clientes, no corresponde. La carta amplia, buenas elaboraciones a la vista. En nuestro caso, pedimos una pizza de Rucula, porque teníamos ganas de cenar y seguir la noche en otro lugar. La pizza bien, rica, pero su valor de casi $12000 una total exageración. Los precios no son acordes a la calidad de los productos de la carta. No puedo recomendar el lugar de noche, seguramente el ambiente por la tarde es mejor. No creo volver, no me termino de convencer, pero si lo hago tratare de hacerlo por la tarde para poder cambiar la opinión hacia Santa Calma.