SASTRIN RESTOBAR — Restaurant in Piñeyro

Una joyita escondida en la ciudad. Fui por curiosidad y terminé pasando una de esas noches que te hacen volver. Este bar tiene todo lo que buscás cuando querés cortar con la rutina: buena atención, ambiente relajado, música que acompaña y tragos bien servidos.

Desde que llegás, te das cuenta que no es uno más del montón. La iluminación tenue, la decoración con detalles únicos y esa vibra que se siente apenas cruzás la puerta, te invitan a quedarte. La atención fue excelente desde el primer minuto: gente con buena onda, que sabe lo que ofrece y que no te trata como un número más. Me recomendaron un par de tragos según lo que me gustaba, y acertaron de lleno. El bartender, un crack total.

Probamos algunas cosas para picar y también sorprendieron. Todo fresco, bien presentado y a un precio razonable. No es barato, pero tampoco carísimo. Está bien por la calidad y el servicio. Los tragos, un diez: bien preparados, sin mezquinar y con buena variedad para elegir. Se nota que usan ingredientes de calidad.

Lo que más destaco es el ambiente. No es un lugar ruidoso ni apagado. Tiene esa mezcla justa para ir con amigos a charlar tranquilos o incluso en plan cita. Hay noches con música en vivo, y suma mucho. No es un bar “de moda” que dura tres meses. Es un lugar con identidad.

Además, los baños estaban limpios (parece un detalle menor, pero suma) y había buena señal de WiFi por si querés subir alguna historia. También podés reservar mesa por Instagram o WhatsApp, lo cual me pareció práctico.

En resumen: excelente opción si querés tomar algo bien hecho, pasarla bien y sentir que te atienden con respeto. Lo recomiendo totalmente. Sin...

Fui con mi familia a cenar. La comida helada, pero no porque así la sirvieran, si no porque de tanto ayuntar las moscas del plato se termino enfriando. El dueño, sentado en la caja como si nada pasara y no éramos la única mesa en esa situación. Todo el lugar estaba lleno de ellas. Sinceramente me parece falta de higiene, No volveremos a ir, la comida esta buena, los precios como en todos lados. Lo único pedí un matambre que era mas un pedazo de vacío que matambre de lo gordo. Una lastima que no tomen las medidas para que sus comensales no tengan que luchar con bichos, entiendo una inspección de salubridad correctamente realizada no permitiría la cantidad de moscas. Porque una o dos bueno... pero teníamos mas de 20 dando vuelta alrededor nuestro. Hasta de mesa nos cambiamos y el problema persistió. Capaz si me ofrecían un descuento por lo sucedido no me quejaba. Pero ni les importo y cobraron un servicio normal que sinceramente fue un mal momento para los míos. Si van a ir a comer, lleven el mata moscas o un raid... asi la pasan...

Llegamos con local casi lleno y nos dieron la carta. Esperamos 20 min a que nos vengan a tomar el pedido, no pasó. Me acerco a la caja a pedir que me lo tomen, esperamos 5 min. más y vino la moza (creo que la encargada). No tenían ningún plato con calamar/camarón/trucha, NADA de pescado salvo filet, siendo que dice ser en parte su especialidad. Pedimos filet a la romana con puré (bárbaro), tortilla de acelga (okay) y papas fritas a la provenzal (horribles, re aceitosas y casi crudas). La comida tardó bastante en llegar, pero aceptable, los platos súper abundantes, la porción de fritas medio chica. Ignorando la calidad de la comida que es variada según qué pidas, los precios son muy buenos, comimos 2 personas y nos llevamos comida para comer una vez más ambos, por $2700 (pedimos 2 soditas en sifón). La atención es bastante mala, no te miran nunca, no te preguntan nada, demoran en todo. Los baños muy sucios. Un lugar para pedir y llevarse la comida. Le pondría 2.5 si pudiera, lo dejo en 3 en vez de 2 por si fuese que tuve...