Jamming — Restaurant in Quequén

Lo peor que visité en mi vida. El dueño Ezequiel, promueve y vende a través de su Instagram: jammingquequen, donde muestran fotos lindas, de unos deptos nuevos, donde se ve el mar. Tuve que servar con el 50%. Cuando llegué y vi el lugar, casi me muero! Le dije que eso no era lo que me había alquilado. le mostré las fotos que el promocionaba y me dijo que esos eran los departamente de arriba. Busqué otro lugar donde irme, pero como estaba con mis perras, en pleno enero ya no pude conseguir lugar pet friendly. Asi que cancelé el 50% que me faltaba. Al segundo día la heladera no nos dejó dormir, ya que el motor comenzó arrancar con un ruido fuerte cada 10/15 minutos. La frutilla del postre se la llevó la cama, que al agacharme a buscar la pelotita de mi perra, me di cuenta que estabamos sostenidos por una caja de manzanas! Y para rematarla, la concha de la cama con un tajo de 50 cm en el medio. Una vergënza el lugar realmente. Y ver que te estafaron es terrible. Voy a poner fotos de lo que vende él por la red Social y lo que realmente nos dio. Esto es maltrato al turista y angaño. No lo...

La vista desde el Living es una cosa de locos, pareciera que uno está en Grecia. Living con unos ventanales IMPECABLES, mejor imposible. Equipamiento y limpieza habría que darle una vuelta de tuerca (más vajilla, una heladera nueva, tirar las cosas viejas de la heladera, etc. una parrillita?). todo esto está compensado por la EXCELENTE predisposición de la pareja de aministradores / dueños. Dado que no podíamos comer el desayuno por el horario, la dueña nos hizo unos budines caseros ESPECTACULARES y también nos trajo fruta fresca, y nos trajo todo a la hora exactamente "solicitada" ya que teníamos una carrera. También el dueño al conocer al organizador de la carrera de natación nos puso en contacto directo con él y nos facilitó MUCHA información, un CAPO. La buena predisposición de los administradores y la vista, me harían definitivamente...

La atención de la camarera muy amable. Pedí arroz al azafrán con mariscos. Después de un buen rato vino a disculparse: no tenían azafrán, me ofrecía el arroz blanco o con condimento de sobrecito. La comida tardó bastante. Luego pedimos postre, uno de ellos era brownie con helado. Al rato vimos venir dos pero eran para la mesa de al lado. Después de un rato vino a disculparse: no había más brownie. Pedí la cuenta y el arroz me lo estaban cobrando 200 pesos más caro que lo que figuraba en la carta. Fui a la caja a pedir que lo corrijan y, lejos de disculparse, me dijo que se "había despegado la etiqueta con el precio actualizado". Claro que ese no era mi problema. De mala gana descontó los 200 pesos. En el bar de al lado se come mucho mejor, más variedad, porciones más abundantes...