Pasamos porque nos llamó la atención la iluminación del lugar sobre la avenida. Pedimos ver la carta y Carlitos nos atendió muy amablemente y se tomó el tiempo de contarnos sobre este nuevo lugar, como sólo lo hacen las personas que aman lo que hacen, justamente. Decidimos entrar. Al entrar ya se siente ese aroma a mariscos propio de un lugar español o parecido. De entrada pedimos los langostinos en Panko, que tenían la particularidad de estar servidos en esa canasta que era de QUESO GRATINADO!!! Esta gente entendió todo. Todo el mundo ama el queso gratinado y que mejor que comerse una canasta hecha con ese quesito quemado?! La otra entrada un patrón casero muy bien adobado. Yo le trataría de lograr un poco de sabor ahumado. De plato principal unos capelettis de cerdo con pulpetas que estaba 10 puntos. El vinito, como tomé solo era de 375ml. La opción que tenían era un Alaris, que con garantía de Trapiche estaba muy bien. Lemoncello de regalo, ¿qué más se puede pedir? Muy muy muy buena cena, el espacio muy lindo y la atención muy esmerada, la moza divina. Carlitos era el del Carlitos de Quilmes sobre Garibaldi, eso explica lo claro que tenía todo. Volveremos!