MICHELE Pizza e Amore — Restaurant in Sourigues

Ubicada en el corazón de Sourigues, en el Partido de Berazategui, 'MICHELE Pizza e Amore' se presenta como una verdadera oda a la pizza napoletana. Con su horno a leña como protagonista y la cocina a la vista, el local invita a los comensales a disfrutar de un espectáculo culinario que combina tradición y técnica. Desde el primer momento, uno percibe el aroma inconfundible de las masas levadas lentamente y el toque ahumado de la leña que da vida a cada creación.

Como entrada, sugerimos las brusquetas de pizza de cancha con aceitunas verdes, perfectas para abrir el apetito, y los arancini, unas irresistibles albóndigas de arroz rellenas de ragú y arvejas con un corazón cremoso de fior di latte. Cada bocado transporta a una trattoria en el sur de Italia.

A la hora de los principales, la oferta se lució con la Pizza Sensuale margherita, una combinación de mozzarella, provo ahumado, pomodoro concentrado, pesto y albahaca, que logra un balance de sabores ideal. Otra opción destacada es la Pizza Antonella, dividida en cuatro secciones que combinan lo mejor de la tradición italiana: la clásica Margherita, el sabor fresco del pesto genovés en la Rafael, la dulzura de la crema de zapallo cabutia en la Maria Marta y el deleite de los cuatro quesos. Para los que buscan algo más novedoso, el Panouzzo, un pan de pizza relleno de jamón y mozzarella, no decepciona.

El broche de oro lo dan los postres caseros: el Affogato, un café con helado que fusiona texturas y temperaturas a la perfección, y el Tiramisú, suave y equilibrado, cerrando la experiencia con el clásico toque dulce italiano.

'MICHELE Pizza e Amore' no es solo un restaurante; es un rincón donde la pasión por la buena comida y la calidez del servicio se encuentran para brindar un momento...

Fuimos sábado a la noche la verdad que la pizza es riquísima pedimos 3 una mejor que la otra. La de papa sublime. Lastima que la atención no estuvo a la altura. Fuimos hace un año con nuestro bebé de unos meses y no tenían cambiador en el baño, la mesera nos había dicho que ya lo habían pedido que iban a ponerlo, anoche todavía no había y para nuestra desgracia, o la de nuestro hijo tuvimos que cambiarlo dos veces. Nos arreglamos con una mesita baja, ya que en esta oportunidad la mesera nos dijo que no tenían nada para poner ( la otra vez nos había dado una mesita alta), a todos los meseros y los que hacían las pizzas se los veía con mala cara, cómo fastidiados. Estábamos muy cerca del horno así que lo vimos a la perfección. Luego nos pasó que el helado de ddl tenía como una bolitas los adultos no nos dimos cuentas pero los chicos no quisieron comerlo. Al decirle a la mesera ella nos contestó, la verdad que no tengo ni idea que es, te traigo otro o no te lo cobro? Pero todo muy despacho. Otra de las chicas que atendía dejo de atender y se sentó con su mochila en las sillas altas de la puerta como esperando un Uber. Tal vez ya estaban cerca del cierre, eran las 11:30. Pero todavía había mucha gente comiendo. Daba la sensación que querían echarnos a todos. Nose si habrán tenido algún mal día. Puede ser. Pero la verdad que hizo que la experiencia no sea buena. Cómo que molestaba que pidieramos comida o hagamos...

En resumen, la experiencia fue muy buena. Fui con mi esposa y unos amigos y me tomo el trabajo de detallar:

Comida: probé la pizza Margarita y, en lo personal, fue la mejor que he probado en Argentina. Su sabor auténtico y su estilo verdaderamente italiano la hacen destacar. La carta ofrece una gran variedad de sabores, y aunque esta vez opté por lo clásico, queda pendiente explorar más opciones en futuras visitas. Además, con una sola pizza quedamos satisfechos junto con mi esposa. Ah! Probamos una que incluía bondiola (el corte de carne) y cebolla caramelizada también... no se puede negar que todos los ingredientes y la preparación eran de la mejor calidad, pero simplemente no fue de nuestro gusto la combinación de sabores. A otros amigos nuestros les encantó.

Ambiente: el lugar tiene un encanto particular. Cuando llegamos, había un músico tocando el bandoneón con piezas clásicas y no tan clásicas, lo que a mi parecer le dio un toque muy copado.

Precios: muy buenos en relación con la calidad. No te asustes si las pizzas parecen más finitas que lo que solemos estar acostumbrados, el sabor compensa todo, y de verdad llenan.

En definitiva, un lugar que recomiendo sin dudar, y hoy para mí, eso no es poca cosa....