Ballesteros — Restaurant in Vicente López

El lugar en si es muy lindo, pero no vale la mala experiencia. Fuimos al mediodía, éramos una pareja con nuestra hija pequeña. Nos atendieron a los pocos minutos de sentarnos. Pedimos y dejamos bien claro, que queríamos los dos principales junto a la entrada. Osea que salga todo al tiempo. Ya qué no era una entrada como tal, sino lo que iba a comer la nena. A los 20 min traen la "entrada" pero no el resto. Bueno, esperamos, aunque la idea era almorzar todos juntos. Pasaron 50 min y nada. A ésta altura ya de nos había ido el hambre. Así que nos dirigimos a la caja a abonar. Y nos estaban cobrando sin siquiera saber que no habíamos comido. La misma moza que nos había tomado el pedido! Le dijimos que nos íbamos por la terrible demora y acá fue lo que realmente molesto. La respuesta casi agresiva de la persona que nos atendió fue: "A ver qué tanta demora tienen" (de muuuuy mala manera) ah, nada 20 minutos nomás. Ya les va a llegar. A este punto llegó la indignación. Ya que nos habían cobrado queríamos mínimamente llevarnos la comida, que supuestamente estaba hecha y tuvimos que seguir esperando. Recordamos que la idea era la comida al tiempo y a esto nos respondió que ese no era su problema que ella no lo manejada. (Increíble) No sé nos entrego factura tampoco. Así que, una experiencia malísima. La comida tampoco tenía el amor que prometía. No volveremos ni recomendamos. Les falta empatía, atención al cliente y resolución de problemas. Porque si los platos al tiempo no eran una opción , se avisa. Si hay demora, se avisa. Y se ahorran los problemas. Y la amplia clientela que le podría...

Las meseras son excelentes, es por eso que lo que digo a continuación no tiene nada que ver con el personal de atención al cliente! Fui para una merienda. La carta es muy pequeña, y encima lo que sea que pidas, seguro no está. Si sos vegetariano o vegano, este no es el lugar para vos, no tienen nada, no existís. La tetera no alcanza siquiera para dos tacitas... compren nuevas y más grandes! es solo agua caliente! no cuesta tanto! Otra cosa, el té viene solo, ni siquiera con una miserable masita, nada. Por otro lado, los muebles dan miedo... son como de tu bisabuela española muerta, esos por los que nadie se pelea en la sucesión porque son enormes e incómodos. Las sillas son horrorosas, no aptas para sentarte más de 10 minutos. Sobre el ambiente, se ve que ahorran en luz porque esta todo oscuro, en cada mesa hay un velador viejo como el trapo que no se puede apagar (lo intenté), entonces te da en el ojo y quedas ciego de un lado. No voy a volver porque no hay nada para mí, aunque espero que reformulen su carta y la adapten al público...

Fuimos un miércoles a la noche y, aunque hicimos reserva, notamos que no había tanta gente en el restaurante. De todas formas, recomendamos reservar porque nos comentaron que los fines de semana suele llenarse bastante.

La atención fue increíble desde el inicio, todo muy amable y rápido. El lugar es muyy acogedor y tiene una energía súper linda, ideal para una cena tranquila. ☺️

La comida nos encantó 🩷: de entrada pedimos una tortilla de papa con langostinos que estaba deliciosa, realmente sorprendente. Luego, pedimos ravioles de carne gratinados con pomodoro y fettuccines con albóndiga a la norma. Los platos son abundantes (vayan con hambre), y todo llegó a tiempo, calientito y con un sabor riquisimoo!

Para acompañar, elegimos unos tragos, aunque también ofrecen vino por copa y varias opciones de tinto para quienes prefieran una copa!

En resumen: comida deliciosa, porciones generosas, atención impecable y un ambiente muy acogedor. L recomiendo totalmente, y sin dudas volvería para probar más platos...