Siempre hay una primera vez, pues esta es mi primera valoración de 1 estrella.
A continuación describo el motivo:
Una camarera, muy amablemente, nos indicó que nos fuéramos al piso superior para cenar.
Una vez allí, les preguntamos a dos chicos que parecían los encargados de la zona. Uno de ellos, con aspavientos incluidos, nos dijo que ni hablar, que allí no podíamos cenar, porque no había sitio. Otro chico, plantado al lado de este, se reía.
En ese preciso momento, un grupo se levantó de la mesa; nosotros, al ver eso, nos quedamos con cara de... Ahora sí que hay sitio. A lo que el primer chico nos dijo, sentaros allí, y le hicimos caso.
Nos sentamos en esa mesa, toda llena de platos y restos de comida del grupo anterior, pero en ese momento pensamos que era normal; tenían bastante volumen de trabajo y el grupo anterior recién se había levantado.
Al cabo de media hora, la situación era la misma, la mesa llena de restos del grupo anterior y no solo eso, cuando fuimos al baño para lavarnos las manos, los dos chicos encargados de la sala estaban tomando algo en dos sillas en la entrada del comedor, sin siquiera recoger la mesa, traernos la carta o servirnos la bebida.
Siempre intento ser comprensivo, constructivo y entender la situación del momento al haber trabajado hace años en el sector de la restauración. En este caso, el único motivo que encontré fueron las pocas ganas de trabajar. Por lo tanto, nos levantamos y nos fuimos.
Creo que todo el mundo se puede equivocar, cocer mal por tener un mal día o muchos factores más, pero en este caso, es un problema de actitud. Y lo que tengo claro es que no gastaré mi dinero donde no lo quieren.
Gracias a esto, tengo que añadir que descubrimos sitios muy...
Read more
Learn more insights from Wanderboat AI.
