Decidimos salir con mi marido y mis dos hijos, salimos de casa de unos amigos tarde y llegamos a las 11:10 . El horario de cierre del lugar del día sábado es a las 03:00 AM . Decidimos ir a ese lugar por el pelotero y por la pizza que sabemos que es muy buena. En definitiva, nos cambiaron de mesa porque estaban cerrando el salón en dónde está el pelotero así que los nenes tenían que atravesar todo el lugar para llegar a la mesa, más que nada porque tenían miedo por estar lejos venían a cada rato, así que ya desde el principio nos mató la idea de pasarla bien. A todo esto antes de cambiarnos la mesa ya nos habían atendido , nos habían puesto los platos, cubiertos y estábamos eligiendo el sabor de la pizza. Volviendo al relato, una vez que nos cambiamos de mesa tardaron 10 min en atendernos nuevamente, trajeron las cartas, pedimos casi instantáneamente una entrada porque los nenes tenían hambre, claramente por la hora. Cuando trajo la entrada, que por suerte estaba rica y era abundante, pedimos para tomar y el mesero tardo otro tanto más y solo trajo mi bebida y la de los chicos , se había olvidado la cerveza que pidió mi marido. Al cual se lo recordamos y recién allí trajo la panera y el servicio de ( mesa) . Y junto con eso la cerveza. A continuación vino la pizza y da la casualidad que las dos porciones que nos sirvieron estaban quemadas. A lo cual reaccionó bien el mesero al mostrarles y mando a hacer una nueva . El tema acá es que nada fluyó, en vez de ser un agrado fue un constante ver qué pasaba, no gusta salir así, hoy todo vale y las familias hacemos un gran esfuerzo por salir y llevar a comer a nuestros hijos y querer pasar una cena linda y con charla que claramente se vio opacada porque el servicio no estuvo a la altura, el lugar es muy lindo pero claramente dejan mucho que desear . No sé se volveremos, en definitiva lo que uno se lleva de cada lugar al que uno va es la experiencia que este brinda y el como te sentís en el lugar y no fue agradable para ninguno de los 4. Una lastima realmente.