La semana pasasa fui a Dolce Mía Montebello, mi segunda visita, pero esta vez con varios amigos que quería llevarlos a conocer el lugar. Las instalaciones están acogedoras, las luces vintage me encantaron, la vista a la ciudad está muy bonita, y me gustaría hablar igual de bien del servicio, pero en esta ocasión no puedo, este último deja mucho que desear, las bebidas llegaron después de la comida, tuve que pedir agua para poder pasar los alimentos, pedí postre y me ofrecen una cosa y me salen con otra, ya mejor me quedé con la crepa, que ya ni quería, sólo por el mal servicio, tardan mucho en traer el pedido (2hrs en llegar las pizzas), poca y muy mala atención: le hablas a los meseros y te ignoran o te responden tonterias que en lugar de de darte una solución te molestan con sus respuestas. Ejemplo: La mesera que nos atendió, Carolina, le pido mis bebidas, y me responde que ella no sabe que ella solo es la mesera. Bueno, si ella no sabe entonces, ¿a quien le tengo que pedir mis bebidas?, ¿al señor que cuida los carros en el estacionamiento?Pésimo servicio. No pongan a gente sin razonamiento al servicio de los comensales. Una visita que que pudo ser muy placentera se volvió un fiasco por el servicio que encima tienen el descaro de querer cobrarme al final de la cuenta, se merece más propina el mesero de los tacos del mercadito, que la señorita que nos atendio. Me hacen quedar mal con mis amistades. Muy mal sabor de boca me dejó está segunda y última visita.