OLIO — Restaurant in Tulancingo de Bravo

Expecting a lot, but got a great disappointment. Please visit only if you are not hungry and you can wait for your food to be slowly cooked.

I received a strong recommendation on this place from a friend, however since I arrived they make us wait for 10 mins to arrange a table despite we booked couple of hours prior and the place wasn’t crowded for a Sunday afternoon.

Our server was kind, he advised that service was lengthy, and if we were Ok with that, so we ordered some appetizers to not starve while our food was ready.

It took almost 40 mins to bring us a cheese platter, and food arrived soon. My partner and I were expecting a tasty food after a looong wait (again the place wasn’t crowded enough), but we didn’t. Meat was full of fats and was though to eat it. Pasta was greasy and it wasn’t great, pizza was nothing great.

On the other side, they have a great variety in the menu, but most of them were not available, the server gave us suggestions on what to order, and our choices tasted good.

My partner and I would give another try to this place, but I will make sure to eat something before in order to have a patient waiting time while the...

🤮Olio: el restaurante "italiano" que no engaña ni con la música de fondo.

Disque un restaurante italiano… pero de italiano no tiene nada.

Pobre gente de Tulancingo, la verdad, porque aquí los quieren impresionar con un lugar bonito, mesas de pseudo-parota y música mona, pero con comida que grita "trágame tierra... o mejor no, porque ni eso merezco".

Pedimos fettuccine a la bolognesa, que ni sabor tenía. Una cosa triste, insípida, como si la salsa la hubiese preparado un estudiante radicando en la provincia.

Y ese "parmesano" que parecía traído del mercado a granel, sin dignidad ni aroma.

Las pizzas: de cuatro quesos, vegetariana y pepperoni... todas terribles. Cualquier pizza local le da tres vueltas a esta porquería. Por el precio de una de estas te armas tres en la Floresta, y te sobra para el refresco.

La ensalada césar fue una ofensa visual y gustativa: hojas de lechuga tristes, desganadas, que parecían haber dormido bajo el sol. ¿Tan difícil es conseguir lechuga fresca y crocante?

El chamorro, de calidad deficiente, como de evento de la tercera edad con bajo presupuesto.

Y el spaghetti, igual que el fettuccine… Te lo juro que con salsa Del Fuerte sabe mejor.

Las costillas con papas... sin el sabor característico. Parecía que se les olvidó sazonar.

Y el precio… por Dios. Sumamente exagerado por lo que te ofrecen. Te cobran como si hubieran traído a la nonna desde Nápoles, pero te sirven como si estuviera en huelga.

Encima de todo, te dicen que se reservan el derecho de admisión. ¡JAJAJA! Se nota que la comedia también la incluyen en el menú.

Lo más ofensivo no es esta reseña, lo más ofensivo es que alguien piense que esta experiencia lo vale.

Qué feo que se aprovechen de que Tulancingo es una ciudad pequeña, donde todavía se puede impresionar con mármol falso y platos sin sazón.

Aquí viene la crema y nata de Tulancingo: políticos queriendo ser celebridades, influencers con mil seguidores que se creen foodies, y gente que piensa que pagar más de $200 por platillo los hace nice.

Sí, el lugar está bonito, pero ni ventilación tiene. Te asfixias más rápido que el sabor de sus platos.

Pero bueno, dejemos que sigan impresionando a quien...

Desilusión total. Tenía tiempo que queríamos visitar este lugar y hoy tuvimos la desfortuna de conocerlo. Dejó mucho que desear desde la llegada, nos sentamos y esperamos más de 10 minutos a que algún mesero se acercara a poner servicio y preguntarnos si estábamos listos para ordenar. Al momento de pedir, no tenían varios de los platillos de la carta, de los principales de hecho, por ejemplo el rissoto el cual nos indicaron que no lo podían preparar porq había demasiada gente, deberían de trabajar en sus recursos o restrategias para no poner ese tipo de excusas. Después al llegar los alimentos, las ensaladas no tienen nada de elaboración, simple lechuga, con 5 camarones y espolvoreada de queso parmesano, que por cierto el queso estaba seco, parecía mal refirgerado. Una de las ensaladas de jamón serrano, traía un cabello enredado, punto a su favor, cambiaron platillo sin costo adicional. Mi platillo fue pasta bolognesa, para empezar la pasta estaba seca, mal cocida e igual refrigerada y el sabor no era delicioso, la presentación de las pastas igual muy fea, solo le avientan queso parmesano rallado a las orillas, no se ve apetecible, recalcando que el queso estaba seco. La cerveza era de lata y la preparación de michelada era solo clamato y limón, y el escarchado traía residuos de limón exprimido, cero estético. La última carencia fue que no contaban con periquera, único restaurante hasta ahora en Tulancingo que no cuenta con periquera. En general no disfrutamos la comida, ya ni ganas de pedir postre nos quedaron. Confirmamos que solo es apariencia bonita pero no tiene ni sabor ni calidad, para un buen sabor italiano aquí en Tulancingo, mucho mejor opción el restaurante La Antigüa, variedad en el menú, sazón italiano, porciones razonables y una...