A Carvalheira — Restaurant in Ponte de Lima

If you're ever in Fornelos, Ponte de Lima, a visit to "A Carvalheira" is a must. This charming restaurant offers a truly exceptional dining experience, especially when it comes to traditional Portuguese dishes. The star of the show is undoubtedly their roasted goat (cabrito assado), which is cooked to perfection – tender, flavorful, and simply irresistible. Equally impressive is the "Pudim Abade Priscos," a rich and decadent dessert that perfectly rounds off the meal. Its smooth texture and unique flavor make it a memorable treat that you won't soon forget. The rustic ambiance of the restaurant is warm and inviting, creating a cozy, laid-back atmosphere that perfectly complements the hearty and delicious food. Whether you’re there for a special occasion or just a casual meal, the setting enhances the overall experience. The wine list is well-curated, offering a great selection of wines that pair wonderfully with the dishes. As for the prices, they are reasonable given the generous portions – in fact, the quantity of food is almost overwhelming, ensuring you’ll leave fully satisfied. With its fantastic food, great atmosphere, and excellent value for money, "A Carvalheira" is a true gem in Ponte de Lima. Highly recommended for anyone looking to enjoy an authentic and...

Lugar singular. En las afueras de Ponte de Lima, bien señalizado y de fácil acceso. Situado en una bonita finca y dentro de esta en una casa que responde a la arquitectura tradicional portuguesa de las grandes casas solariegas. Rehabilitada con gran respeto a la esencia de este tipo de edificaciones. Decorada con buen gusto, al tiempo de hacerla sumamente acogedora. Los comedores son amplios y bien dispuestos, con una razonable distancia entre las mesas para preservar la intimidad de los comensales en sus conversaciones. Lo cual se agradece. El trato, desde el mismo momento de la llegada, resulta familiar y muy agradable, dentro de una destacable profesionalidad. Resaltar la decoración de las mesas, vestidas con sobrios manteles y servilletas de hilo, así como presentada con una elegante vajilla, cubertería y cristalería. Vayamos ahora a lo que ofrece. En principio una excelente carta. Basada en la gastronomía tradicional portuguesa. Amplia y con suficientes referencias para abordar todo aquello que se puede esperar en un restaurante de su perfil. No decepcionará. Igualmente la carta de vinos goza de una gran variedad y referencias que abarcan todos los precios, desde los más asequibles hasta aquellos que superan ampliamente la media por responder a vinos sumamente exclusivos. Sin duda, esto constituye un valor importante. Ahora destaquemos alguno de los platos que se pueden degustar, a modo de ejemplo. Así, se hace más que recomendable el arroz caldoso con rape; preparado de manera magistral consigue una textura y combinación de sabores que lo hacen único, sabores en los que el cilantro le da un toque de personalidad. Otra recomendación es el cabrito al horno, presentado en su justo punto y con unas patatas también horneadas que se enriquecen en su sabor con la salsa que se presenta aparte para servir al gusto del comensal. Bien servido en amplias fuentes de cerámica, destacar la textura de la carne que se deshace en la boca por lo tierna que está. En cuanto a los postres, decir que una vez más la carta no decepciona. A recomendar, el sorbete llamado Coronel y la crema de leche tostada. Para terminar, hay una correcta variedad de infusiones, con el café de indudable protagonista. Hy Por cierto, las raciones son más que generosas. Respecto al precio, si lo ponemos en relación con la calidad es más que razonable. Responde perfectamente a las expectativas. Aquí, al final, uno sale con la sensación de haber vivido una gratificante experiencia gastronómica, con todo lo que ello supone, además de plantearse volver a repetirla. Todo esto nos lleva a recomendarlo, sin ninguna duda, en el convencimiento de no equivocarnos. Si visita o pasa por Ponte de Lima, no debe desaprovechar la oportunidad de comer en este restaurante, reconocido y galardonado, con las mejores referencias y que responden correctamente o lo que A Carvalheira es y que se plasma en el prestigio que merecidamente ha ganado a lo largo de los años. Un consejo importante, llamé...

Nesta roadtrip gastronómica aproveito para partilhar convosco mais uma experiência vivida hoje ao jantar que me ficou gravada na memória e no paladar, no restaurante A Carvalheira, em Ponte de Lima. Já com alguma bagagem gastronómica às costas, confesso que esta visita foi uma daquelas que nos reconcilia com o prazer simples (e sublime) de comer bem.

Logo à chegada, a envolvência natural e o charme rústico da casa de pedra encantam. O restaurante está inserido num local lindíssimo, com parque privativo e uma decoração que conjuga elegância com tradição. A garrafeira, imponente e cuidadosamente apresentada, denuncia logo a paixão que ali se nutre pelo vinho.

Para começar, chegaram à mesa umas pataniscas de bacalhau absolutamente divinais. Crocantes por fora, macias por dentro, cheias de sabor que rapidamente subiram ao meu top 3 de pataniscas mais saborosas. Um verdadeiro cartão de visita para o que se seguiria.

A acompanhar o repasto, escolhemos um Niepoort Redoma 2020, que se revelou uma aposta certeira: intenso, equilibrado e com um final longo, elevou ainda mais a experiência.

De pratos principais, optámos por um bacalhau com broa, húmido e suculento, daqueles que se comem com devoção, e uma vitela branca, tenra, delicada e saborosa como há muito não provava.

Para terminar, veio à mesa um pudim Abade de Priscos com textura sedosa e um sabor profundo, envolvente, daquelas sobremesas que nos aquecem a alma e nos fazem sorrir.

Nota importante: pedimos duas meias doses… e saímos de lá a rebolar. As doses são generosas e, honestamente, duas meias teriam chegado para quatro pessoas e nós éramos só 2 adultos e um piralho de 4 anos. Talvez aqui um pequeno reparo, os simpáticos e atenciosos funcionários poderiam ter-nos alertado que estávamos a pedir comida demais, embora seja fácil perceber que num sítio assim, ninguém quer dizer "não" a nada do que está na ementa.

No total, a refeição ficou por cerca de 110€, sendo que só o vinho representou 45€ do total. Digo isto só para que seja claro que os pratos não são nada caros e valem cada euro investido considerando a qualidade dos ingredientes, a execução dos pratos, o serviço e o ambiente.

A Carvalheira não é apenas um restaurante é um elogio à boa mesa e à hospitalidade minhota. Um sítio a voltar, com apetite e tempo para saborear...