Todo lo que hemos comido estaba muy rico, la ensaladilla de la casa con ventresca y salsa kimchi, nos ha gustado mucho, las croquetas de jamón y las de boletus muy sabrosas y las chuletas de cordero y la dorada a la espalda también estaban muy ricas, echas en su punto y con unas guarniciones abundantes, por lo que nos hemos quedado muy satisfechos pero sin sitio para el postre. Los empleados muy amables y en este caso que ha sido la primera vez, nos han servido muy rápido, lo que a mí me dice que la cocina funciona muy bien y está muy bien organizada. Hemos hecho reserva antes porque no se sabe nunca cuándo puedes quedarte sin sitio. Perdón por no tener una foto de la ensaladilla pero ya habíamos empezado a comer cuando me he dado cuenta. La presentación era de tres bolas (tipo helado) de ensaladilla con a cada lasca de ventresca y la salsa kimchi y unas huevas de color naranja y unos palitos de colines. Echarle un ojo a las fotos de la carta que he publicado porque los precios han subido y no poco. A ver, que no lo digo en el sentido de crítica, ni mucho menos pero yo me he guiado por las cartas que hay de otros usuarios o el propietario y nuestra sorpresa ha sido cuando nos ha traído la carta actualizada. De todos modos si antes salía dos o tres veces al mes a comer fuera, con la subida de precios que se han venido dando desde que empezó "la guerra de Ucrania" y ha hecho que todo suba, me parece que mis salidas se van a reducir mucho a no ser que me suban el sueldo. Creo que estoy hablando por mucha gente. Y por supuesto los que más van a sufrir son nuestros hosteleros. Esperemos que no sea así, por el bien de todos.
Ayer nos invitaron unos amigos a cenar y nos atendieron de maravilla y lo que comimos muy rico.
Hoy hemos estado con otros amigos tomando unas copas por la noche, el ambiente muy agradable, las copas no las sirven en las mesas y la nota negativa es que el volumen de la música estaba un pelín alto y no se podía mantener una conversación en un tono bajo y hacia difícil la conversación. En la segunda ronda he ido a la barra para pedir si la podían bajar un poco y me ha dicho que no, que era cosa del ordenador 😳. En fin, la música bien, pero alta...
Read moreConocía el sitio por una comida de grupo dos años atrás, y tenía claro que quería volver a calabardina (tiene un encanto único) y por supuesto comer en Pantalán.
Cuando llamé para reservar el día de antes no pudieron cogerme el teléfono pero a los pocos minutos me devolvieron la llamada. Eso es algo ya infrecuente y denota un nivel de cuidado al cliente admirable. Las expectativas subieron un poco más. Mesa para dos en medio sombra y algo apartada, todo sin problema alguno. De hecho avisé que a lo mejor llegaba algo pronto y me dijeron que no había inconveniente.
Arroz a banda para dos. Entrante de marineras, vino blanco y agua. El entrante casero y delicioso, y la ensaladilla era simple confiando en producto y calidad de la mayonesa. El arroz estaba de punto perfecto, con el nivel de cremosidad justo y con los ingredientes que debe llevar. A saber: gambón, merluza (creo), gamba, mejillón, atún, rejos (creo recordar). La cantidad, yo repitiendo, fue generosa. Además pedimos alioli porque nos chifla y era casero y exquisito. Hasta el pan fue brillante!
El servicio atento sin atosigar y pendiente de una terraza llena a rebosar, sin que por ello se vieran prisas agobios o descoordinación.
La música ambiente, casualidades de la vida, fue jarabe de palo, lo cual nos dio para una charla genial a propósito de pau dones...
Como punto a mejorar yo sólo pondría uno: el agua que nos sirvieron vino en botella de plástico, lo cual es una pijada por mi parte como mejora, pero juro que no se me ocurre otra.
Seguid así y seguiremos yendo y...
Read moreVolvimos a este restaurante con la esperanza de mejorar la experiencia del año pasado, que ya nos dejó un poco fríos, y lamentablemente ha sido aún peor. Desde el principio el camarero intentó vendernos lo más caro de la carta, algo que aceptamos sin problema. Nos ofrecieron un pedro gallo recién pescado, pero al rato nos dijeron que otro camarero lo había vendido a otra mesa. Finalmente, nos propusieron un pargo como alternativa, que aceptamos.
Tardaron casi una hora y media en servirnos la comida. El pescado estaba bueno, pero ya con el retraso y el cambio inicial, empezábamos a estar incómodos. Además, venía acompañado de unas patatas fritas frías y recalentadas.
Pedimos unos baos (de pulled pork o carrillada, no lo recuerdo con exactitud), que fue otro chasco: casi sin relleno, secos, y nada acordes al precio.
Al terminar, pedimos toallitas de limón para limpiarnos las manos, pero tuvimos que insistir dos veces para que las trajeran. Con el postre, más de lo mismo, lo sirvieron con una sola cuchara, sabiendo que éramos dos, y el camarero tuvo que volver a por otra en el momento. Menos mal que por lo menos se podía comer.
Pagamos 120€ por una atención deficiente, platos mal ejecutados y una experiencia incómoda. Ya el año pasado nos pasó algo parecido con un calamar duro y mal cocinado. No sabemos si es que no saben gestionar cuando el local está lleno, pero está claro que no...
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