Arela — Restaurant in A Cañiza

Hemos buscado por internet un sitio para comer comida casera y las reseñas nos mandaron a este lugar. Al llegar la dueña nos dijo que era comida casera, que ella no sabía cocinar y lo hacía todo a su manera, nos ofreció 2 o 3 primeros y 2 o 3 segundos. (Deben ser siempre los mismos por las fotos que hay publicadas). De primeros empanada, de panadería y ensalada de pasta, todo iba normal, los segundos, pollo asado y carrilleras, habíamos visto fotos de esto en otras reseñas y había 2 cachos de pollo a mi solo uno, ni un cuarto trasero entero!! Y las carrilleras igual, en las fotos salian 3 y les puso 2. Pedimos tarta de queso al horno, casera, y era de platano, sabía a platano. Un miercoles, un menú esperabamos pagar por esa comida cutre y escueta 12/13€ y nos valió 18!!! Un atraco al que nunca volvería, comida casera un pollo al horno tipica comida que te encuentras en cualquier lugar turistico a 7€ y malo no estaba, pero nada diferente a lo que pueda hacer en casa cuanquier novato de la cocina.

No se puede engalar ni...

Es un sitio muy especial en cuanto a que estás en una casa particular y el jardín es una gozada. No hay carta, te ponen lo que hay, sin alternativas, y tú te levantas a por las bebidas. La mesa no hicieron ademán de limpiarla al sentarnos. Hay buen ambiente y la comida es casera y bien cocinada, como la mayor parte de restaurantes en Galicia. Nos tocó un cuenco de pimientos de Padrón, una ensalada de pasta y luego pollo y costillas asadas con patatas. El palo viene con la cuenta, es el sitio más caro que hemos visitado por la zona y sin elegir la comida. El menú fueron 18€ por persona con bebidas a parte, así que con nada sales a 25€ por cabeza y tampoco es que te estén sirviendo percebes. No sé si es con todo el mundo o únicamente con los turistas, pero al final te deja mal sabor de boca. Deberían tener más transparencia y avisar de los precios...

Un lugar muy curioso donde todo es una aventura. Es mejor llamar antes por teléfono porque suele estar lleno. A pesar de que era ya tarde cuando llamamos nos dijeron que nos recibirían igualmente ese mismo día para comer. Mientras esperamos la dueña nos dijo que podíamos visitar la casa que hay en la finca, llena de objetos antiguos, así se nos pasó volando. Nos sentamos en la agradable terraza, donde estuvimos estupendamente. Nos ofreció cocido, accediendo gustosamente. La verdad es que estaba buenísimo y tan abundante que nos llevamos lo que sobró. La dueña es muy maja, encantadora, al igual que su personal. Un local que no os dejará indiferente y querréis...