Llevamos más de 25 años yendo al restaurante y, tras una temporada sin ir, nos sorprenden una serie de cambios a peor. Vemos que los domingos han quitado el menú y ahora es carta. Lejos de mejorar la calidad, cantidad o presentación (por alguna razón cambia el precio), te ponen el mismo plato que en el menú pero con unas judías salteadas de bote. Eso sí, sólo este plato ya vale lo mismo que el menú completo. La paella, un desastre: naranja, poca carne y el grano completamente pasado. Pedimos un blanco y negro y, teniendo en cuenta que somos los reyes del esmorsaret, era un desastre. A la próxima, el bocadillo en Tous. Lo siguiente que nos llama la atención es que no queda nadie del personal que ha estado trabajando durante tantos años y sólo hay un grupo importante de camareros lentos y, aparentemente, con poca experiencia, que contestan de mala manera a las reclamaciones por la tardanza. Tercera cuestión: hemos pasado de ser atendidos y servidos durante años en un espacio muy corto de tiempo sin excepción a recibir el primer plato pasada la media hora, al igual que otras mesas de alrededor. Al ir a pagar, nos tienen de pie a varios clientes esperando a que alguna de las camareras que están detrás de la barra se dignen a cobrarnos. Cuando nos quejamos, nos dejan constancia de que el personal está sólo y que no hay ningún jefe controlando el servicio, que si tenemos alguna reclamación, que pidamos una hoja de reclamaciones. Estos mismos comentarios que estoy reflejando aquí los oímos de otros clientes en el restaurante tanto dentro como fuera del local. Por mi parte, no voy a poner hoja de reclamaciones (no veo razón para ello) pero sí tengo claro que hay otros locales del estilo como el Quinta Managua o el Río Verde que mantienen la buena atención, la rapidez y el precio. Me extiendo porque ha sido una completa decepción en todos los sentidos y espero que tomen nota porque a los clientes fijos hay que...
Read moreDesde hace más de 35 años cada vez que paso por Alberique y puedo paro en restaurante Domenech. Sinceramente me gustaba más el local del pueblo, mucho más acogedor, encanto que se perdió al traspasarlo a la autovía, aunque su servicio y calidad seguían siendo igual de buenos. Hoy una vez más he parado con mi familia a comer y me he encontrado con más sombras que luces. En el servicio me he encontrado a un camarero rubio muy joven en barra contestando con mala educación y casi riéndose de mí al hacerle una pregunta. Tenía pinta de nieto que se ha encontrado con un gran negocio "sudado" por sus abuelos los cuales trataban a la clientela con una educación exquisita de ello doy fé. Por otra parte el camarero más veterano del lugar que lleva toda una vida ahí, seguramente hoy tenia algún problema personal que debería dejarse en casa porque la imagen de chillar delante de todos a sus compañeros de barra y cocina, además de dejar los productos en mesa dando golpes y de malas maneras no es la mejor imagen para un restaurante de esta categoría. Respecto a la comida en primer lugar no entiendo cómo no tienen cerveza sin gluten con la cantidad de celíacos que hay, mi mujer una de ellas y respecto al menú que hemos comido de primero paella es inaceptable una paella tan mala, repito tan mala en esta comunidad. Incomible. Lavada, desgachada, sin sabor a nada. Se que es un arroz de menú, pero aún así no recuerdo haber comido una paella tan patética desde hace mucho tiempo. En cuanto a lo demás el bocadillo exquisito como siempre, el resto de platos y aperitivos en la línea de siempre, muy buenos. La próxima vez que pase por Alberique volveré a ir, un día malo lo tiene cualquiera, pero aunque seáis un local consolidado abarrotado de gente siempre, creo que deberíais recordar cómo trataban los fundadores que tenéis en el cuadro del salón a...
Read moreDe ser una referencia histórica en la zona con sus famosos bocadillos y atención precisa y amable, se ha convertido en el típico lugar que vive de su ubicación y fama, aunque hayan perdido el respeto por el cliente. Saben que es de las pocas opciones en la zona pegada a la autovía y están sobrados. La atención al cliente es pésima. Entramos y, como no había mesa libre (el salón principal todavía no permitían sentarse, a las 09:30) nos acomodamos en la barra.. En la barra después de 6/7 minutos no nos atiende nadie, la camarera nos esquiva la mirada, no sea que le toque trabajar de más. Tenemos suerte y se va una mesa, nos sentamos a ver si tenemos más posibilidades de ser atendidos. Asi fue, a los 10 minutos, un camarero que prácticamente no te miraba a los ojos y al que hubo que repetir varias veces la comanda. Nuevamente lentos para traer las cosas e igual para recibir y pagar la cuenta. Un desastre. Como testigo añado una foto del baño en el que se aprecia la dejadez del local. Sin tapa, como dispensador de papel, un cordel. ¡Vamos, como las gasolineras de pueblo de los años 70! Eso sí, estaba limpio. En fin, mi familia y yo no volveremos, pero yo creo que les dará igual. Quiero pensar que la propiedad no consigue encontrar personal adecuado, porque yo me cargaba a casi todos los camareros ....
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