Restaurante Rolán — Restaurant in Alburquerque

Muy buen sitio para cenar. Acogedor y familiar. Tiene una barra para tomar algo informal y también tiene salón comedor. El salón comedor tiene unos techos abovedados de ladrillo rojo muy singulares. Antiguamente me dicen que servían de cuadras. Son preciosas las bóvedas de ladrillo rojo. La decoración es básica y tradicional pero el techo luce sin necesidad de tener más ayuda. La comida es casera y tiene mucha variedad. La carta de vinos es amplia y a buen precio. Para comer pedimos lubina al horno con guarnición, la cuál estaba muy buena y codillo asado con patatas, que estaba espectacular. Cocinado muy bien al horno,a fuego lento en su jugo. La carne estaba tierna y jugosa,se deshacía en la boca. De postre pedimos serradura ( postre de nata montada con serrín de galletas) que estaba muy buena y de beber dos vinos de la zona del Guadiana. Riquísimos. Lo mejor de todo el precio. Muy buen precio. La copa de vino 1,80€, el trina de mi hija, 1'60€. La lubina y el codillo 12€ cada plato pero eran platos muy grandes, vamos, bandejas. El pan no nos lo cobraron lo cuál es por lo que le pongo 5 estrellas. (Es una falta de educación en la hostelería y que está muy de moda aquí en España poner en la mesa un pan que no te han pedido y encima cobrarlo. ) Olé por la gente que lo pone y...

Nada que destacar. En el exterior ningún cartel indicativo en la entrada que lo identifique. En el interior toda la apariencia de un bar, con una simple barra y una puerta que te lleva a un pequeño comedor sin nada de encanto con un televisor "amenizando" la velada. No nos sorprendió ninguno de los 3 platos que probamos. Ensalada de perdiz: Lechuga, zanahoria y remolacha en juliana con perdiz desmenuzada en la parte superior del plato. Nada original. Bacalao al ajo arriero: Dos lomos de bacalao con un top de tomate frito por encima algo resecado al haber pasado por el horno. Solomillo de cerdo "blanco" con foie y cebolla caramelizada: según la chica que nos atendió, el solomillo tenía que ser "blanco" porque el ibérico no se puede cocinar de esa manera. No había presencia de foie y el solomillo tenía una consistencia que no nos gustó demasiado. No pudimos terminar el plato. Ambiente: pedimos cambiar a la mesa del fondo para evitar la presencia del televisor. Gente de la zona comiendo el menú del día principalmente. Atención: muy sobria, amabilidad justa. Resumen: Nada destacable...

Restaurante situado en las afueras de la población, muy cerca de la plaza de toros, en un sitio en el que es muy fácil aparcar. Cuenta con un gran salón, un patio y dos magníficos comedores, uno de ellos, en el que comimos nosotros, con unas preciosas bóvedas de ladrillo. Cuentan con carta, aunque nosotros nos decidimos por pedir unos platos de su magnífico menú del día, que por 12 € incluye primer y segundo platos, ambos a elegir entre cuatro opciones, pan, bebida y postre. Tengo que señalar que los platos del menú son bastante elaborados y con un producto de muy buena calidad; en concreto, nosotros elegimos gazpacho, pimientos del piquillo rellenos de bacalao, solomillo con salsa de almendras y solomillo con salsa de Pedro Ximénez; de postres, serradura y tarta casera de yema. Como he dicho, todo exquisito; los pimientos del piquillo, espectaculares, con trozos de bacalao de muy buen tamaño, nada que ver con los rellenos que ponen en otros establecimientos. La atención,...